Denis Suárez vive sus últimos días como jugador azulgrana en el vestuario del Barça. Tras casi dos años difíciles bajo las órdenes de Ernesto Valverde e infinidad de cesiones a distintos clubes de la liga española, el gallego dejará de ser propiedad de la entidad catalana este invierno con rumbo a la Premier League.
Las negociaciones y el destino elegido están acordados: el Arsenal de Unai Emery espera al jugador tras convencerle de su proyecto deportivo, pero los últimos flecos, totalmente económicos, están retrasando un fichaje que ya debería ser una realidad. El centrocampista no jugará ningún partido más con el Barça para evitar el pago de otra prima al Manchester City --cumpliría en su próximo encuentro 70 partidos con la elástica azulgrana-- de no ser extremadamente necesario.
¿Por qué tanta demora?
Josep Maria Bartomeu, quien suele mantenerse al margen en muchas negociaciones, ha tenido que salir al paso para mediar en una negociación complicada. El presidente del club catalán ha dado su palabra al jugador: saldrá este invierno y pondrán todas las facilidades, pero deberá esperar a que la secretaría técnica y los gunners lleguen a un acuerdo.
El Arsenal no tiene liquidez y el Barça no quiere regalar a un jugador por el que sabe que podría ingresar, en otro escenario, mínimo 20 millones de euros. Tiene experiencia en una gran liga, en Champions, y un bagaje considerable a sus 26 años. Su salida puede suponer un capital importantísimo para acometer otros fichajes de cara al mercado de verano.
Denis Suárez en un partido con el Barça / INSTAGRAM
Con Chips Keswick, presidente del club y banquero británico, sin solidez, la posibilidad que toma forma día a día es la de una cesión con opción a compra obligatoria a final de temporada. Esta es la opción que ofrecen desde Londres y por la que Bartomeu ha apostado para facilitar su salida.