Malas vibraciones. El fichaje más caro de la historia del FC Barcelona sigue alimentando una situación más que preocupante. Alarmante. Contra el Getafe volvió a ser una sombra de lo que se espera de él.
Philippe Coutinho está abatido. Vaga como alma en pena por el terreno de juego y su competidor directo, Ousmane Dembelé, le ha comido la tostada. Cada vez más.
Ernesto Valverde volvió a sentar al crack carioca, cuyas salidas nocturnas empiezan a ser vox populi en el club. En el Coliseum Alfonso Pérez salió al terreno de juego en el minuto 82.
Dembelé le come la tostada
Leo Messi y Luis Suárez son indiscutibles en la delantera del Barça a pesar de regresar de vacaciones el 2 de enero. Coutinho, que no marchó a Brasil y volvió a entrenar el 30 de diciembre, fue nuevamente suplente.
Dembelé ha pasado por delante al brasileño a pesar de sus polémicas extradeportivas. Más asentado en los últimas días, el crack galo está ofreciendo un rendimiento muy superior.
Una foto de Dembelé durante el partido frente al Getafe / EFE
Coutinho, en cambio, denota una falta de confianza abrumadora. Se le ve desquiciado en el campo. Enfadado con sus compañeros porque no le pasan el balón. Y, cuando lo tiene, obcecado, entra en barrena y tiende a perderlo.
Balones perdidos
En los escasos minutos que disputó frente al Getafe (unos 10 minutos justos, si se suma el tiempo de prolongación), Cou perdió la pelota en cuatro ocasiones. Alguna de ellas peligrosas.
Lo peor de todo fue el poso que dejó. Se le nota mal anímicamente, pero lo peor es que tampoco se le ve en forma a nivel físico. Sus condiciones atléticas son muy lejanas a las de Dembelé.
Valverde siempre ha manifestado confianza plena en Coutinho y así seguirá siendo porque es un jugador clave de cara al presente y futuro del club. Pero lo más importante es recuperar su confianza. El primer paso será en Copa, el próximo jueves contra el Levante.
Juergas peligrosas
Hay que tener en cuenta que recientemente volvió a ser padre y que la situación familiar le puede tener un tanto despistado. Pero lo que no es de recibo son sus noches de juerga en discotecas como Sutton y Opium en un momento en que su rendimiento está más que cuestionado.
Más le vale dar un paso al frente porque de seguir así, Dembelé se lo llevará por delante. Sin embargo, la temporada es larga y Coutinho está llamado a tener un rol importante. La misión tanto del técnico como del vestuario debe ser ayudarle a recuperar la confianza perdida.