Terminó el Barça con el enero negro y una estadística que arrastraba desde 2014, pero con sudó sangre para ello (1-2). Un rival siempre difícil en un campo complicado que nunca se rindió pese a la diferencia de dos goles y el dominio total de los azulgranas en una primera parte que no tuvo continuidad en la segunda.
Posesión, control y juego se convirtieron en imprecisión, desasosiego y nerviosismo cuando los madrileños recortaron distancias en el marcador. Empezó el Getafe a la presión y el Barça respondió asediando el área de Soria, pero los locales tampoco se achicaron. Marcó Mata, pero la falta a Lenglet fue correctamente señalada por el colegiado. Salvó los muebles el Barça y Messi se echó el equipo encima.
La fortuna
De un esférico perdido y un rebote mal dado, Messi volvió a colarse entre la defensa. El argentino fue el más listo de la clase y batió a Soria para abrir una lata en el 20', que Suárez, con un golazo de volea, se encargó de ampliar en el 40'.
Suárez celebra su golazo frente al Getafe / EFE
Respiró el Barça tranquilo con una ventaja de dos tantos y visto el juego de los hombres de José Bordalás. Del orgullo y el sacrificio, llegó el tanto que cambiaría el partido. Mata si acertó esta vez y batió a Ter Stegen poniendo fin a cuatro jornadas sin encajar gol y a cuatro jornadas con un dominio aplastante.
A sufrir
Con el 1 a 2 en el luminoso, el Barça se durmió y se contagió del espíritu navideño del Real Madrid. Sin salidas claras para rodar el balón desde campo propio, imprecisos dada la presión asfixiante del Getafe, que se volcó en ataque y puso toda su fe en una defensa que cumplió, la sensaciones empeoraban por segundos. Recurrió a Busquets por Arturo Vidal, pero el de Badía tampoco mejoró la situación.
Y con ese exceso de confianza, Mata tuvo en sus botas el empate en la ocasión más clara del partido. La mandó a las nubes minutos más tarde de que Ter Stegen interceptara un remate de Cabrera. Valverde volvió a tardar en hacer cambios. Sacó a Dembelé por Coutinho y entró Aleñá por Arthur. Denis se quedó calentando banquillo a la espera de aclarar su futuro.
Una foto de Dembelé durante el partido frente al Getafe / EFE
Tres cambios de control para reducir las acometidas del Getafe que demostró porqué es séptimo en la clasificación y que llegó a merecer más. Una primera parte buena, que quedó olvidada por los peores 45 minutos del Barça esta temporada. Ni frente al Leganés ni el Rayo se sufrió tanto.
Tres puntos vitales para afianzar la Liga que ya solo depende del Barça tras los regalos de Reyes de Sevilla, Atlético de Madrid y Real Madrid.