El FC Barcelona despide el año con una victoria plácida ante el Celta de Vigo. El conjunto azulgrana se marcha así a las vacaciones de Navidad con el liderato consolidado y demostrando mucha solidez sobre el terreno de juego.
Ernesto Valverde no arriesgó y recuperó la formación habitual, con Semedo ya recuperado en el lateral derecho. El duelo entre los Arturos en el centro del campo se lo llevó Arturo Vidal, como era de esperar, dado que el chileno venía de cuajar grandes encuentros. El debate con Arthur, sin embargo, seguirá abierto a partir de enero. En la delantera, Dembelé también le ganó la partida a Coutinho y volvió a brillar.
Ahora bien, el comandante del Barça fue indiscutiblemente Leo Messi. El astro argentino condujo a los azulgrana a la victoria y gobernó el juego en todo momento. Messi es el rey y siempre deja detalles de máxima calidad. Él lleva el tempo del juego, él decide, y por eso es el adalid del equipo.
Partido plácido
El marcador lo abrió Dembelé a los nueve minutos tras recoger el rebote de un disparo de Messi. El argentino erró el remate en primera instancia y el galo rebañó el balón para enviarlo al fondo de las mallas. Un gol, por cierto, que surgió de la conexión entre Messi y Alba, asistente del argentino en su disparo errado.
Dembelé da otro paso al frente con este gol, el cuarto en los últimos seis partidos de Liga del francés. A Coutinho se le complica volver al once titular.
El Celta no fue capaz de reaccionar ante el gol azulgrana. A los gallegos les faltaron ideas y apenas pudieron inquietar las inmediaciones de la portería del Barça. Ter Stegen no tuvo demasiado trabajo ante su bestia negra.
La conexión Messi-Alba volvió a ser determinante / EFE
El Barça sentenció a pocos minutos del descanso con otra conexión mágica entre Leo Messi y Jordi Alba. El de L’Hospitalet asistió con maestría al argentino, que consiguió su decimosexto gol en Liga, afianzando el pichichi, así como el particular duelo con Cristiano Ronaldo por ser el máximo goleador del año 2018.
Más líderes
En adelante, el Barça controló el partido con mucha comodidad. Los azulgrana fueron muy superiores y dominaron el encuentro a placer, con calma, sin abusar del rival. El Celta, además, terminó de bajar los brazos tras la infortunada lesión de Iago Aspas al inicio de la segunda parte.
Ernesto Valverde dio entrada a Arthur por Arturo Vidal, reeditando el cambio que siempre realiza, aunque en esta ocasión al revés. La entrada del brasileño terminó de garantizar la posesión y el toque del balón en el centro del campo azulgrana.
Partido muy controlado, lento, en el que el Barça logró dejar la portería a cero por cuarta jornada consecutiva y consolidó el liderato de la Liga. Los azulgranas se marchan de vacaciones con los deberes hechos.