Carles Puyol, leyenda viva y eterna del barcelonismo dejó con su marcha un vacío insospechado en la línea defensiva del Barça. Su entrega y compromiso, así como su garra y su amor por el club, han sido imposibles de encontrar en el mercado y tampoco en la Masía hasta la fecha. Un jugador único que amaba al club y que, pese a sus carencias técnicas, brilló vestido de azulgrana.
Con su salida del club, tras 14 temporadas en el primer equipo, y una década luciendo el brazalete de capitán, el Barça ha invertido la friolera de 159 millones de euros en centrales para cubrir una baja que se vio forzada por sus problemas físicos en las rodillas.
Fiascos
Con Gerard Piqué, que formó dupla con el de La Pobla de Segur, el club catalán ha incorporada hasta siete jugadores para una demarcación que en el Barça exige más que ser solo un zaguero. Los primeros en llegar tras su marcha en verano de 2014 fueron Mathieu y Vermaelen.
Dos fichajes para una posición en la que no ha triunfado ninguno. El francés no acabó de cuajar en el juego azulgrana ni el la afición y el belga, pese a ser un central de categoría, ha visto frustrada su carrera de azulgrana constantemente debido a las lesiones.
Un foto de archivo de Mathieu en el Barça
Mathieu llegó procedente del Valencia tras abonar 20 millones de euros, y Vermaelen firmó días más tarde procedente del Arsenal por 19 millones de euros.
Aciertos
Dos años después de dichas incorporaciones, la secretaría técnica del club por fin dio con la tecla. Llegó Samuel Umtiti, procedente del Olympique de Lyon por 25 millones de euros. El único acierto del club hasta la fecha pero que vive sus momentos más difíciles desde que llegó al Barcelona tras su lesión en la rodilla de la que todavía se desconoce fecha exacta de regreso.
Esa misma ventana también llegó Marlon procedente del Fluminense por seis millones de euros para jugar en el B y progresar hasta el primer equipo. Una situación que no se dio y que acabó con su salida el verano de 2018 rumbo al Sassuolo por el mismo precio que costó.
Hacer caja
Otro de los grandes fichajes del Barça fue Yerry Mina. El colombiano llegó para dar descanso a Umtiti y Piqué, pero su paso por el Barça fue testimonial. Tras abandonar Brasil en invierno por 11 millones de euros, se marchó al Everton este verano pasado.
Con Piqué, Umtiti y Vermaelen como zagueros disponibles, el Barça recurrió a Clément Lenglet. Un central que, pese a llegar con el cartel de suplente, se ha convertido en el compañero del catalán dada la lesión del francés. Sus 37 millones abonados mediante cláusula de rescisión, dada la negativa del Sevilla de dejarlo salir, apuntan a ser la mejor inversión del club en años. Ha rendido a un nivel magnífico y ha paliado la baja de Umtiti con creces.
Clement Lenglet despeja un balón aéreo / EFE
El último en llegar ha sido Jeison Murillo dados los interrogantes que se ciernen sobre el regreso de Umtiti y la disponibilidad continuada de Vermaelen. El central cafetero, también procedente del Valencia, será jugador azulgrana en calidad de cedido hasta final de temporada por 1,2 millones de euros con una opción de compra de 25 millones en junio.
Sin olvidar a Mascherano
Siete centrales que en realidad han sido ocho. En 2010 Javier Mascherano llegó procedente del Liverpool por 22 millones de euros como pivote defensivo tras destacar en la Premier League, pero su versatilidad en defensa y la irrupción definitiva de Sergio Busquets en la medular de Pep Guaridola retrasaron la posición del Jefecito. El argentino se convirtió en un zaguero más y pocas veces se le vio en la medular junto a Xavi o Andrés Iniesta.
Un fichaje que vino por unos motivos, pero acabó rindiendo por otros. Sin Puyol, siete zagueros --a la espera del rendimiento de Murillo-- han pasado por una línea de la defensiva de la que hasta la fecha solo han triunfado tres: Mascherano, Umtiti y Lenglet.