Cambio de roles en el banquillo del Barça contra todo pronóstico tras cuatro meses de temporada. Ernesto Valverde ha tenido que ceder a la obviedad y apelar a la lógica que invita tener 23 jugadores en plantilla. La irregular y difícil situación que vive Dembelé en el vestuario y en el club ha provocado lo inesperado; la irrupción de Malcom como posible candidato a ocupar el tridente de ataque en las segundas partes o ante la ausencia de una de los intocables --Messi, Suárez y Coutinho-- por delante del francés.
Con Coutinho apunto de recibir el alta médica tras recuperarse de su lesión muscular, el brasileño empezará en el banquillo y se postula como revulsivo en la segunda mitad. Unos minutos por los que también lucharán este sábado, y lo que queda de temporada, Malcom y Dembelé. Dos extremos puros, versátiles en ambas bandas y con una velocidad punta que puede dar grandes resultados al Barça.
Una foto de archivo de Philippe Coutinho durante un entrenamiento / FCB
Ese escenario es el que contempla Valverde en los próximos meses. Una competencia feroz entre brasileño y francés. El primero para demostrar que tiene calidad y madera para triunfar en Barcelona y, el segundo, para reconducir una situación que se le ha girado en contra y de la que los medios se han hecho eco ahondando en su crisis particular.
Malcom ya le saca ventaja
Tras cuatro meses a sometido a la ignorancia completa de Valverde, parece que el esfuerzo y sacrificio de Malcom ha dado sus frutos. El brasileño fue el elegido por el Txingurri para cambiar el partido frente al Inter de Milán y desde entonces ha cambiado su vida en el vestuario. Consiguió hacerse con un hueco en el once frente al Betis, y aunque no se prevé que repita titularidad frente al Atlético de Madrid, si se antoja como una opción a tener en cuenta a partir de ahora por Valverde.
Asimismo, su profesionalidad y compromiso total --también con 21 años como Dembelé-- han ayudado a que se tenga en cuenta su rendimiento y, sobre todo, a que el vestuario se posicione en favor del brasileño. Una adaptación a la que ha ayudado el clan de brasileños --Arthur, Rafinha y Coutinho-- y Semedo que comparten la misma lengua nativa.
La competencia entre ambos será incesante, pero de momento Malcom arranca con ventaja. La situación de Démbele, su entorno y la percepción del barcelonismo respecto al Mosquito le hacen un flaco favor.