El FC Barcelona certificó este miércoles su pase a los octavos de final de la Champions como primero de grupo. Fue la única buena noticia de un partido muy gris por parte de los azulgranas. Solo la magia de Messi fue capaz de desencallar el encuentro. Anotó el primer gol cuando más apretaba el PSV y asistió, intencionadamente o no, a Piqué en el segundo.
Lo cierto es que la fortuna se alió con el Barça. Fue un partido muy sufrido. Demasiado. El PSV envió tres balones a los palos en los primeros 45 minutos que podrían haber cambiado el devenir del encuentro.
Guion previsto
Ernesto Valverde evitó cualquier tipo de experimento. Los cuatro cambios que practicó en la alineación no respondieron a las rotaciones, sino que fueron obligados. Faltaban Arthur, Sergi Roberto, Umtiti y Luis Suárez. Y sus posiciones fueron ocupadas por Coutinho y Rakitic, que reaparecieron, más Lenglet y Dembelé.
La principal novedad fue el regreso de la figura del falso 9. Messi se desempeñó como falso delantero centro y la ausencia de un hombre que distrajera a los centrales le obligó a asociarse continuamente con los extremos. Otra sorpresa fue la colocación en la medular de Rakitic en la izquierda y Arturo Vidal en la derecha.
Descontrol
El Barça no fue capaz de controlar el partido. El equipo acusó demasiado las ausencias de Sergi Roberto y Arthur, jugadores muy importantes para la salida del balón, pero la decisión de Valverde de poner a Sergio Busquets entre los centrales no ayudó.
Entre Barça y PSV sumaron un total de 42 remates, repartidos a partes iguales (21). Una señal inequívoca del descontrol que caracterizó el encuentro. Fue un partido de ida y vuelta, prácticamente sin juego en el centro del campo. Ello evidenció la relevancia de Arthur en el equipo. El brasileño se ha erigido en una figura clave para la medular azulgrana. Y su ausencia se nota.
Una foto de archivo de Arthur Melo / INSTAGRAM
Falso dominio del Barça
El Barça es un equipo que acostumbra a dominar y marcar el ritmo del juego. Sin embargo, no fue capaz de imponer su estilo en Eindhoven. Los holandeses les forzaron constantemente a ir de un lado para otro. Pese a las estadísticas de posesión (65% a 35%), lo cierto es que el centro del campo azulgrana apenas elaboró juego.
Rakitic no estuvo acertado y se mostró incómodo desempeñándose por la izquierda. El croata regresaba tras su lesión y disputó los 90 minutos. Sin embargo, sigue evidenciando que esta temporada está lejos de su mejor versión.
El equipo en su conjunto volvió a sufrir demasiado en defensa y solo la fortuna evitó que los holandeses convirtieran más goles. A Ernesto Valverde le faltó capacidad para reaccionar y fue un tanto cobarde encerrándose atrás en la parte final del encuentro.