El FC Barcelona completó un encuentro descafeinado ante el Atlético de Madrid. En líneas generales, al equipo azulgrana le faltó profundidad. Pese a dominar claramente la posesión, algo que era de esperar, no inquietaron el área rival en ningún momento. Apenas hubo ocasiones de gol y los colchoneros lograron imponer su estilo de juego bronco. Solo el gol de Dembelé salvó los muebles en el último suspiro.
Ernesto Valverde sorprendió con su alineación. Se decantó por un 4-4-2, con Arturo Vidal y Sergi Roberto en el centro del campo. El chileno adelantó su posición, mientras que el canterano se lesionó al filo del descanso. Samuel Umtiti volvió al eje de la zaga pese a salir de su lesión y pese al excelente rendimiento de Lenglet en los encuentros anteriores.
Los principales señalados
Uno de los principales señalados del Barça en el Metropolitano fue Semedo. Entró en el lateral derecho para que Sergi Roberto pudiera desempeñarse en el centro del campo. Pero no estuvo nada fino. Perdió muchos balones y dio una sensación de inseguridad constante. Errático e impreciso, le falto acertar en el pase y le sobraron varias faltas innecesarias.
Luis Suárez es otro que merece un toque de atención. Estuvo guerrero, como siempre, pero muy poco acertado en las acciones de ataque. Ni se entendió con Messi ni supo resolver sus acciones individuales. El uruguayo sufrió en un partido con pocos espacios y en el que el Barça pobló mucho el centro del campo.
Una imagen de Semedo / EFE
El tercer jugador que reflejó la falta de ritmo de los azulgranas fue Arthur. Estuvo al nivel del equipo, excesivamente horizontal, y en el segundo tiempo volvió a perder balones arriesgados, algo de lo que ya habíamos avisado en la previa. Simeone dio órdenes de apretarle especialmente. Lo sustituyó Dembelé en el minuto 80.
Bajón colectivo
En general, el Barça no supo imponer su estilo de juego y el Atlético se mostró muy cómodo durante todo el encuentro. El dominio de la posesión azulgrana no se tradujo en ocasiones de gol. El equipo tocó y tocó sin inquietar la portería de Oblak. Leo Messi tampoco estuvo fino en los lanzamientos de falta, aunque fue el único que aportó algo de chispa al equipo.