Malcom gana una batalla a Dembelé
El brasileño hizo balance de sus primeros meses como azulgrana y pese a su difícil situación destacó por tener todos las aptitudes para triunfar
21 noviembre, 2018 20:11Malcom Oliveira fue uno de los últimos fichajes del pasado verano del Barça. Una incorporación de última hora con la que no contaba Ernesto Valverde y con el que se ha mostrado extremadamente férreo en sus apariciones. El brasileño ha vivido unos primeros meses más que complicados como azulgrana donde ha contado muy poco para el técnico extremeño y apenas ha tenido oportunidades.
Aun así, nunca ha bajado los brazos y ha demostrado su profesionalidad dentro y fuera del vestuario para convencer al Txingurri. Una perseverancia que dio sus frutos en su debut de Champions League frente al Inter de Milán donde en apenas dos minutos marcó un gol.
El delantero repasó su corta carrera en Can Barça con los medios oficiales del club donde repasó su adaptación a la filosofía azulgrana y a la convivencia dentro el vestuario. "La adaptación va muy bien, me estoy adaptando y aprendiendo a hablar un poco de castellano". Una adaptación en la que Nelson Semedo, Arthur, Coutinho o Rafinha, que hablan portugués, han colaborado notablemente. "Estoy siempre con los brasileños. Coutinho, Arthur, Rafinha... estamos siempre juntos y hablo más con ellos, pero estoy bien con todos, con Leo, Suárez, Piqué, Jordi Alba... con todo el mundo".
Malcom, Rafinha, Coutinho y Arthur o el clan brasileño del Barça en un entrenamiento / EFE
Unas relaciones muy próximas que le han ayudado durante todo este duro proceso a mantenerse concentrado en el trabajo. "La relación entre todos es como el de una familia". "Todo el mundo quiere lo mejor para el otro y hacemos muchas bromas en el vestuario. La relación con mis compañeros es cada vez mejor", sentenció.
Un abismo entre uno y otro
Dicha implicación y esfuerzo, hasta el partido frente al Betis, no se había traducido en el verde donde Dembelé siempre era el delantero titular o posteriormente, primer suplente al que Valverde recurría. Falta por ver cómo sienta al francés el regreso del parón de selecciones, pero parece ser que el Txingurri podría empezar a premiar con más minutos al brasileño dado ese sacrificio y actitud ejemplar.
Malcom confesó que su objetivo es "jugar partidos difíciles" con el Barça "para demostrar al míster que tengo calidad para estar con el grupo" y tildó su relación profesional de buena. "Hablé con él y me dijo que me necesitaba para estar con el grupo, para mejorar. Nuestra relación es muy buena". Una conversación que surgió efecto y que la ha brindado, hasta ahora, su mejor recuerdo y un sueño cumplido.
Malcom en una acción del partido de pretemporada Barça-Milan / EFE
"Debutar en Champions, no me importaba si eran ocho o diez minutos... porque era el sueño de niño y además marcando. Quedará en la memoria de mi carrera para siempre" explicó. Un debut soñado que también compartió con su familia: "Después del partido, llamé a mi madre y estaba llorando porque sabía que siempre dije desde pequeño, con nueve o diez años, que quería jugar una Champions League con el Barcelona y para mí y mi familia debutar con un gol es el sueño realizado".
Muchos ejemplos
Y es que uno de los reproches que la plantilla del Barça ha ejecutado durante las últimas semanas al francés --Piqué, Arturo Vidal, Suárez, etc.-- ha sido su falta de profesionalidad y sacrificio. El Mosquito está rodeado de grandes estrellas que también tuvieron que sufrir un proceso de adaptación en sus inicios, y de otros tantos jugadores, como Malcom, Denis Suárez o Rafinha, que tienen una calidad innegable, pero que no están teniendo oportunidades.
La adaptación de Dembelé al vestuario es casi nula. Una situación que ha empeorado con el enfado que algunos pesos pesados han mostrado públicamente dada su actitud. La primera batalla, y seguramente la más difícil, cae del lado del brasileño con un hándicap para Dembelé. Recuperar la confianza le saldrá doblemente caro en un equipo donde staff técnico, compañeros y afición le miran con lupa tras sus desencuentros. Una presión añadida que Malcom no tiene que soportar gracias a su compromiso.