Llegó un día en que Sergi Roberto debía decidirse por permanecer en el Barça sin demasiadas posibilidades de jugar o marcharse en busca de minutos. El canterano, a diferencia de la mayoría de sus compañeros de generación, optó por la primera. Pese a estar condenado al banquillo y a apariciones esporádicas, Sergi Roberto no dejó de trabajar hasta que consiguió una oportunidad.
Ésta llegó, pero no para ubicarse en el centro del campo, su posición natural, sino para hacer frente a las bajas en el lateral derecho. El canterano cuajó partidos correctos cuando se le requirió en una posición, pero lejos de que el club buscara reforzarla, se empezó a contar para ello con Sergi Roberto.
Dudosa solución
Pese a no jugar en su hábitat natural, el canterano vio en el lateral diestro un puesto en el once titular. Estar rodeado de sus compañeros le hacía la tarea más llevadera y las victorias solían enmascarar lo errores, pero estos se cometían. Como una solución momentánea, colocar a Sergi Roberto en el lateral derecho era factible y el jugador había mostrado estar dispuesto a ello, pero de cara al futuro no se predecía fiable.
Una foto de Sergi Roberto y Nélson Semedo durante un entrenamiento / EFE
Viendo la necesidad de reforzar ese puesto, la pasada temporada se fichó a Nélson Semedo, pero el lateral portugués no ha rendido como se esperaba y Sergi Roberto se ha mantenido como la opción más fiable, entre muchas comillas. Si bien el Barça ha contratado jugadores óptimos para reforzar otras posiciones del campo, no ha actuado bien con la de lateral derecho, en la que desde la marcha de Dani Alves se ha optado por la improvisación.
Errores que pasan factura
Si bien la voluntad de Sergi Roberto le hace merecedor del puesto, su cuerpo y aptitudes del juego, no. El canterano funciona muy bien a la hora de atacar, pues su tendencia natural es la la ir hacia arriba, pero a la hora de recuperar la posición o a la de hacer frente a extremos experimentados deja mucho que desear.
El pasado domingo Quique Setién se aprovechó de esta situación al máximo. Los ataques del Betis se daban por las bandas, sobre todo por la derecha, en la que Sergi Roberto era un aliado más que un rival. Tres de los cuatro goles del conjunto andaluz llegaron por la banda derecha y en todos ellos se pudo ver como Júnior Firpo le comió la tostada al canterano.
Una foto de Rafinha y Sergi Roberto en el clásico / EFE
Esto no es algo nuevo, ya que las carencias físicas de Sergi Roberto para defender la zona diestra de la zaga han salido a relucir en numerosas ocasiones. El Betis evidenció algo evidente y del que más rivales tomarán en cuenta en futuras contiendas. La secretaría técnica del Barça debe poner en marcha la búsqueda de un lateral derecho de garantías y que ofrezca las mismas prestaciones tanto a la hora de atacar como, sobre todo, a la de defender.