Quique Setién ganó. Su libreta superó con creces a la de Ernesto Valverde este domingo en el Camp Nou. Un repaso táctico para regalar un partido de fútbol contra fútbol. Posesión contra posesión. Mismo estilo en el verde, en el que los andaluces ganaron tras un espectáculo de fútbol. Esos partidos que independientemente de los colores, gusta ver.
Nada más lejos de la realidad, pero parece que la prensa ha quedado eclipsada por una primera parte en la que los hombres de Setién fueron superiores. Pero, ¿qué queda de la segunda? El Barça se rehizo y de no ser por el error de Ter Stegen, la actitud ofensiva del Barça invitaron a pensar en una posible remontada.
Los azulgranas se hicieron con la posesión del balón y controlaron el ritmo y tempo del partido como no supieron hacerlo en los primeros 45 minutos, que finalmente condenaron a un equipo que perdió una parte para poner de su lado el partido, pese a los primeros minutos.
Filosofía azulgrana
Que Quique Setién tiene perfil Barça es innegable. El problema es el equipo al que dirige, con carácter y calidad suficiente, pero sin costumbre. Ha conseguido un hito histórico con una plantilla que ha confeccionado a su antojo, pero en Sevilla se le cuestiona un estilo que, en ocasiones, se le vuelve en contra. Algo parecido a lo que vive Valverde en Can Barça, pero que en la Ciudad Condal es innegociable. Es el ADN.
Setién y Valverde hablando en la previa del Barça-Betis / EFE
La prensa se ha rendido a Setién, pero todavía queda mucho. Se le ha comparado con Cruyff e incluso fue preguntado en rueda de prensa por ello. Bien es cierto que el partido del domingo quedará para siempre en la memoria y retinas de culés y béticos, pero debe darle continuidad.
Homenajeado y a la lista de candidatos
El homenaje a una leyenda barcelonista debe ser algo regular y será entonces cuando pueda aspirar, definitivamente y con argumentos, al banquillo más grande y exigente del mundo: el Barça. Su nombre suena como posible recambio del Txingurri en caso de que no quisiera prolongar su contrato. Valverde también cree en esa filosofía, le gusta y además le viene impuesta por el club al que representa. Algo que Setién estaría encantado de que le impusieran.
El centro del campo es el camino a la gloria y el balón no se negocia. La diferencia entre ambos equipos, residió en el corazón. Unos entregados en la primera parte y otros reaccionando en la segunda. Un toma y daca de fútbol. Sí, Cruyff se reencarnó en Setién, pero Valverde recogió su legado para cambiar el guión sin éxito. No siempre se puede ganar. A ambos equipos les queda mucho por hacer, empezando por la continuidad.
Su estilo de juego, amabilidad con la prensa y buen hacer en el vestuario le ponen en primera fila a la espera de la decisión de Valverde. Ernesto puede seguir, pero el Barça parece que tiene un recambio de garantías en la recámara y que conoce la competición doméstica.