Jordi Alba renovará próximamente su contrato con el FC Barcelona. Es un tema sobre el que no cabe discusión posible en los despachos del Camp Nou. Si no se ha hecho antes es por una mera cuestión de tiempos. No tanto de agenda, sino de tesorería.
La junta directiva y la dirección deportiva del Barça están encantadas con el rendimiento del defensa de L'Hospitalet. Es uno de los futbolistas que mejores resultados ha dado desde que Ernesto Valverde está al frente del primer equipo.
Su última demostración de potencia, inteligencia, efectividad y compromiso se pudo ver el pasado sábado en el clásico contra el Real Madrid. El partido del lateral fue memorable. Puro espectáculo.
La tesorería marca los tiempos
Casi nadie se explica su ausencia en la selección española y después de su recital, todavía menos. Luis Enrique puede decir misa sobre sus motivos “no personales”, pero si su cabezonería no se impone a la razón pronto hará caso al recado que le mandó Gerard Piqué. Aunque en el Barça ya va bien que Alba no se desgaste con la Roja. Es demasiado necesario.
El probablemente mejor socio de Messi en el equipo junto a Luis Suárez lleva demasiado tiempo esperando una mejora: su contrato termina el 30 de junio de 2020. Y, aunque se ha quejado alguna vez de no tener noticias del club, lo cierto es que su actitud está siendo ejemplar. De quitarse el sombrero.
El Barça todavía no ha abordado la operación porque la tesorería del club no es boyante. Si bien se ha vuelto a superar el récord de ingresos, la masa salarial está excesivamente disparada. A pesar, incluso, de los anuncios de Òscar Grau y Quique Tombas sobre su presunto descenso.
Un peldaño más en la escala salarial
En cuanto renueve, Alba pasará a formar parte de una escala de futbolistas cuyo salario es alarmantemente elevado. Y no es que Jordi no se merezca cobrar más de 12 millones de euros brutos al año, sino que ya son demasiados los jugadores que superan esas lindes.
Rakitic es el otro jugador que aprieta –aunque en el club tienen claro que Alba irá antes– para subir un peldaño en la escala salarial, donde Leo Messi marca la jerarquía con sus 100 millones aproximados de euros brutos seguidos por Suárez, Coutinho, Piqué y el recién renovado Busquets. Todos ellos rondan los 20 millones.
La situación es compleja, máxime después de que la asamblea de socios compromisarios rechazase ampliar el techo de crédito a disponer del club establecido en los estatutos. Pese a ello, todo el mundo preguntado desde el Barça ha recalcado por activa y por pasiva la importancia del lateral.
Pendientes del mercado de invierno
“El club tiene en mente renovarlo cuanto antes, es un asunto prioritario”, confiesan fuentes de la entidad a Culemanía. Sin embargo, recalcan que “se deben cuadrar los tiempos”.
Una foto de Jordi Alba junto a sus compañeros / EFE
La directiva y la dirección deportiva están muy pendientes del rendimiento de la actual plantilla y deben valorar si son necesarias más incorporaciones y/o salidas en el mercado de invierno. En caso de llegar nuevos jugadores, especialmente estrellas, el techo de los salarios estaría al límite.
Sin embargo, visto el rendimiento de la plantilla, parece claro que el Barça no abordará una operación galáctica como el fichaje de Pogba. Ni siquiera la llegada de Rabiot parece ya prioritaria. Los más urgentes son De Jong y De Light, cuyos salarios serían mucho menos elevados. Pero la realidad es que la deuda está muy inflada.
Renovación como regalo de Reyes (si no hay fichajes)
En ese caso, la renovación de Alba se podría adelantar. Sin embargo, todavía faltan dos meses para el mercado de invierno y hay que ver como fluye la economía del club, siempre dependiente de las necesidades del equipo. Si las cosas se mantienen estables, Alba podría renovar como regalo de Reyes. En caso contrario, su mejora se podría alargar al próximo verano.
En el Barça están tranquilos porque nadie contempla que el Manchester United o cualquier otro club pueda depositar los 150 millones de su cláusula de rescisión. Sin embargo, también quieren tener contento al jugador por su importancia en el vestuario. Pero no se puede hipotecar al club.