Rafina Alcántara volvió a ser el elegido por Ernesto Valverde para suplir a Leo Messi en el once inicial. Lo hizo frente al Inter de Milán y repitió exhibición frente al Real Madrid. Un partido en el que no marcó, pero se entregó al 100 %. Tuvo presencia en ataque, entrega en defensa y fue el cuarto hombre en el centro del campo cuando los blancos tuvieron la posesión del balón, por poco que fuera.
La baja del 10 azulgrana nunca es una buena noticia, pero ha dado esperanzas a un equipo que siempre ha basado su juego en el argentino. El equipo se ha unido para afrontar la ausencia del mejor jugador del mundo y Rafinha ha encontrado un hueco para poder exponer sus cualidades, siempre tan cuestionadas en el club.
Excelente en todas las fases del juego
La primera parte fue un monólogo azulgrana en el que Rafinha tuvo gran parte del diálogo. Messi es insustituible, pero Rafinha aporta facetas del juego a las que el argentino no está obligado. Sacrificio, disciplina, toque, visión de juego y movimientos constantes para ser una opción de pase válida para sus compañeros. Completó un total de 27 pases buenos, todos con intención, y tuvo descaro para encarar la defensa blanca.
Una foto de Rafinha y Sergi Roberto en el clásico / EFE
Se resintió en la segunda parte. Lopetegui movió ficha y las internadas de Lucas Vázquez y Marcelo por ambas bandas taparon su gran actuación a nivel ofensivo, por lo que Valverde tuvo que replicar. Fue el primer elegido para ser sustituido, en el minuto el 69', pero sabía que había hecho bien el trabajo. Algo que confirmó en zona mixta. Y es que además de tener presencia en ataque, nunca se olvidó de su compañero Sergi Roberto. Generaron infinidad de ocasiones de dos contra uno para recuperar la posesión del balón y ocupó los espacios a la perfección.
¿Y de aquí a tres semanas?
A Messi siempre se le echa de menos, pero ¿qué pasará con el hispanobrasileño cuando regrese Leo? Con el nivel que ha demostrado se antoja difícil que Valverde vuelva a prescindir de él en las convocatorias o tan solo le dé minutos residuales. Puede convertirse en el centrocampista que el club estaba buscando en el mercado de invierno y podría ser la alternativa de descanso, o incluso quitarles el puesto, para Coutinho, Rakitic o Arthur. Ha demostrado nivel suficiente para hacerlo y tiene un ADN azulgrana innegable.
El canterano lleva en la casa 12 años y conoce a la perfección los automatismos y el juego que se exige en el Barça. Además, maneja a la perfección la presión de estar en un gran club y la opción de venderlo se apaga paulatinamente. Evidentemente, con estas actuaciones su cotización sube, pero Sergi Samper o Denis Suárez, hoy por hoy, serían ventas más lógicas que las de Rafinha. Todos necesitan su oportunidad para brillar, y el 12 azulgrana no ha querido desaprovecharla.
Dos partidos y dos excelentes actuaciones que le convierten en el mejor de la clase de los suplentes. Una etiqueta que podría cambiar en las próximas semanas. Rafinha solo quiere jugar. Triunfar en el Barça es su sueño, pero no resignará al banquillo. Quiere ser partícipe de las victorias y los títulos, los mismos motivos que obligaron a su hermano Thiago a abandonar la disciplina azulgrana. Si el Barça sabe gestionar la situación, no perderán a un culé de médula con suficiente nivel como para triunfar en el primer equipo. Rafinha ya ha mostrado sus cartas y espera respuesta definitiva del club. La Masía funciona, tan solo hay que dar margen de tiempo y oportunidades.