Ernesto Valverde sabe cómo hacer daño al Real Madrid. Los blancos llegan al Camp Nou desconcertados. Se lo juegan todo. En especial Julen Lopetegui. El vestuario se desangra en luchas intestinas, pero los cracks merengues saben que el domingo el foco mediático estará sobre ellos. Han concertado una tregua. Sin embargo, el equipo no rinde en el plano deportivo. El Madrid hace aguas. Y el técnico azulgrana conoce el punto débil para darle la estocada final a la fiera herida.
Tan solo hay que atender al planteamiento táctico que hizo Pablo Machín, entrenador del Sevilla, cuando se enfrentó al Real Madrid. Los andaluces vapulearon a los blancos. Los destrozaron. El recital de juego del conjunto sevillista humilló a un Madrid que desde entonces no ha levantado cabeza. En una primera parte para la historia, el Sevilla marcó tres goles que sentenciaron el partido. Y la clave consistió en atacar el flanco izquierdo de la zaga madridista.
Marcelo fue el gran responsable de la debacle del Real Madrid en el Sánchez-Pizjuán. El carrilero brasileño fue un colador. Los arietes del Sevilla lo desbordaron en cada jugada. Jesús Navas y André Silva lo vapulearon. El pobre de Marcelo deambuló sobre el césped desorientado, perdido, desbocado. No sabía qué hacer. Y no pudo hacer nada. Al final abandonó el campo antes de tiempo, lesionado y desquiciado, ya sin fuerzas para continuar.
Atacar a Marcelo
Ernesto Valverde ha estudiado a fondo el encuentro entre el Sevilla y el Real Madrid. Es el ejemplo a seguir. Así se lo ha transmitido a sus jugadores: hay que atacar a Marcelo. Sin piedad. El Barça tiene a jugadores raudos para cabalgar la banda y desbordar al carrilero blanco. Dembelé podría causar estragos en el flanco izquierdo madridista si está inspirado. También Malcom, aunque es difícil que el Txingurri apueste por él. En todo caso, opciones no faltan.
Todo apunta a que Rafinha será el elegido por Valverde, tal y como sucedió este miércoles frente al Inter de Milán. En el enfrentamiento de Champions el míster acertó. Rafinha jugó bien e incluso marcó un gol ante su exequipo. De modo que es probable que el Txingurri repita la misma fórmula. En todo caso, sea quien sea el elegido por el técnico, la consigna es clara: atacar a Marcelo.
Marcelo se lamenta en el césped / EFE
Pero para que la táctica funcione es fundamental repeler las acometidas del brasileño. La debilidad de Marcelo atrás contrasta con su poderío ofensivo. El carrilero puede ser letal si se le permite adueñarse de la banda y desplegar todo su potencial. De ahí la importancia no solo de desgastarle defensivamente sino también de estar muy atentos a sus peligrosas subidas. Sergi Roberto va a tener que vigilar mucho en este aspecto.
El brasileño llega tocado
Para mayor fortuna del Barça, Marcelo llega al clásico tocado. El brasileño sufrió un fuerte golpe en el tobillo derecho en el encuentro de Champions contra el Viktoria Plzen. El carrilero encendió todas las alarmas cuando se retiró con molestias a diez minutos del final, dejando a su equipo con un hombre menos. Sin embargo, tras someterse a varias pruebas médicas se descartó su lesión. El jugador se ejercitó este jueves con normalidad. Con todo, un enfrentamiento de la trascendencia del clásico podría hacer que volviera a resentirse.
El Barça sabe perfectamente cuál es el punto débil del Madrid: Marcelo. Y va a utilizar toda su artillería para desangrar a su eterno rival.