Ousmane Dembelé no vive sus mejores momentos en el Barça. De hecho, desde su llegada a Barcelona todavía no ha encontrado un momento de estabilidad. El extremo francés llegó como el relevo de Neymar y su primera campaña en el club catalán fue decepcionante. Las lesiones tampoco le ayudaron, pero justificaron el bajo rendimiento del extremo y su falta de adaptación. Primero estuvo cuatro meses en el dique seco, y en su regreso cayó lesionado cuatro semanas más.
Con tan solo 21 años, Dembelé se ha visto obligado a asumir un rol para el que muy pocos están preparados. Un club mediático, aspirante a todo y una papeleta casi imposible: sustituir a uno de los jugadores de uno de los mejores tridentes de la historia del Barça. Todo un reto. El barcelonismo le ha dado margen de tiempo, pero parece ser que el francés necesita más y en el Camp Nou no están por la labor de esperar la mejora de un jugador que es el segundo fichaje más caro de la historia del club.
Demasiada presión
Desde el entorno del jugador aseguran que la presión le está pasando factura, mucho más de lo que ellos mismos se esperaban. Sus más allegados alertaron al club en su momento de que esta situación se podía dar y tras su primera campaña de azulgrana estudiaron otras alternativas al club azulgrana. Sabían que existía riesgo de perder minutos y protagonismo.
Ousmane Dembelé en una foto de archivo / EFE
Aun así, el jugador tampoco parece poner mucho de su parte. Desde su llegada a Barcelona ha tenido serios problemas disciplinarios con el club. Llega tarde a los entrenamientos casi cada día, rechazó un chófer y una cocinera a cargo del club para mejorar su puntualidad y alimentación y, ahora, llega tarde incluso a los partidos. Sus compañeros le han dado margen hasta ahora, pero los capos del vestuario y Ernesto Valverde han pasado al ataque dada la falta de reacción del jugador y le han dado un toque de atención. Su actitud frente al Sevilla molestó al equipo y llegar 25 minutos tarde a la convocatoria frente al Inter de Milán ha aumentado la hostilidad del vestuario con el jugador.
Posible salida
El Mosquito tiene cualidades para triunfar en el Barça, pero la situación se ha torcido hasta tal punto que puede que acabe saliendo del club. No se prevén movimientos en el mercado de invierno, pero el club escuchará ofertas en verano si son suficientemente relevantes. El representante del jugador tuvo una oferta en verano desde Londres. El Arsenal tanteó su fichaje, pero el Barça quiso darle una segunda oportunidad en su segundo año. Bartomeu fue el encargado de llamar al jugador y convencerle.
Ahora, y con siete meses vista, el francés deberá elegir si mejorar su nivel para adaptarse al Barça o forzar su salida. La actitud del francés no convence a parte de la plantilla y a Valverde. Además, es una situación similar a la que han vivido otros jugadores azulgrana.
Bojan Krkic tampoco pudo superar la presión que supusieron los focos, tal y como él mismo ha confesado en una ocasión y se vio obligado a cambiar de club.