La última vez que Barça y Madrid se enfrentaron sin Messi ni Cristiano sobre el terreno de juego data del 23 de diciembre de 2007. Desde entonces se han disputado 35 clásicos. Once años de duelos históricos en los que siempre estaba presente al menos uno de los dos cracks mundiales.
El 23 de diciembre de 2007 Barça y Madrid se cruzaban en la decimoséptima jornada del campeonato nacional. El Camp Nou era el escenario del encuentro. Mejuto González el colegiado. El único jugador de la actual plantilla que disputó el partido fue Sergio Ramos.
Cambio de ciclo
Aquel año marcó un punto de inflexión en el Barça. Fue el final del glorioso ciclo de Ronaldinho, que abandonó la entidad a final de temporada. El Barça acabó tercero en una Liga que el Madrid dominó de cabo a rabo y fue eliminado en semifinales de la Champions por el Manchester United de Cristiano Ronaldo. También cayó en semis de la Copa del Rey ante el Valencia. Un año en blanco que marcó el fin de una época. Y el inicio de otra.
Por aquel entonces Pep Guardiola inició su andadura como entrenador del Barça B. Sergio Busquets y Pedrito eran las jóvenes promesas del filial azulgrana, que sirvió de laboratorio para que Guardiola se formara como técnico.
Dominio blanco
El once del Barça de Rijkaard estaba formado por Víctor Valdés en la portería; Abidal, Rafa Márquez, Puyol y Gabi Milito en la zaga; Deco, Xavi, Iniesta y Yaya Touré en la medular, y Eto’o y Ronaldinho arriba. El Madrid de Schuster por su parte, alineó a Íker Casillas en la meta; Heinze, Cannavaro, Sergio Ramos y Pepe atrás; Diarra, Sneijder y Baptista en el centro, y Robinho, Raúl y Van Nistelrooy en el ataque. Los azulgrana tenían en el banquillo a Thierry Henry y a Thuram; Messi estaba lesionado; mientras que los blancos contaban con refrescos como Robben, Guti, Saviola y un joven Marcelo.
Julio Baptista celebra su gol en el Barça-Madrid de 2007 / EFE
Lo cierto es que Real Madrid dominó aquel encuentro y terminó por imponerse 0 a 1, con gol de Julio Baptista. El brasileño decidió un clásico con más intensidad que fútbol. Los blancos dibujaron un entramado defensivo perfecto, que solo Iniesta intentó abordar. Ronaldinho y Eto’o estuvieron desaparecidos. La medular blanca también fue claramente superior a la azulgrana, sobre todo gracias a Baptista.
El músculo del brasileño tumbó al Barça. El gol del Madrid llegó tras una providencial intervención de Casillas a disparo de Ronaldinho. Van Nistelrooy asistió a Baptista y este empaló el balón a bote pronto con el exterior de la bota derecha, mandando el esférico a la escuadra izquierda de Valdés.
Situación invertida
Si por aquel entonces el Real Madrid llegaba en auge y el Barça en horas bajas, hoy la situación se ha invertido. El club blanco atraviesa una de las peores crisis que se le recuerdan, con su entrenador prácticamente defenestrado. Los azulgrana, en cambio, viven un buen momento, pese a la plaga de lesiones, entre ellas la de Messi.