La salida de Neymar Jr. del FC Barcelona fue una de las operaciones más traumáticas que se recuerdan en el club catalán en los últimos años, pero también supuso una inyección de capital para reforzar al equipo. El Barça siempre está pendiente del mercado. Este invierno el club ya ha confirmado, por boca de Josep Maria Bartomeu, que pretende hacer un esfuerzo para incorporar a uno o dos jugadores para ampliar una plantilla que necesitará de todos los disponibles para conseguir títulos. 

Con este escenario sobre la mesa, también se ha especulado mucho sobre el futuro de Neymar. Los guiños del brasileño al club catalán son constantes, así como también muy frecuentes sus visitas a la Ciutat Esportiva para reencontrarse con sus excompañeros cuando la agenda se lo permite. El extremo echa de menos Barcelona, a sus compañeros y ser parte de un club que puede aspirar a todo cada temporada. En su entorno más cercano reconoce que fichar por el gigante francés fue un error y una vez cumpla este verano dos años en el PSG, buscará una salida de garantías. El jugador siempre se ha mantenido fiel al club parisino en sus declaraciones públicas, pero su padre gestiona negociaciones muy contrarias a su discurso en restaurantes y oficinas. 

¿Regreso al Camp Nou?

Desde su marcha se ha especulado con su posible regreso a la que fue su casa durante cuatro años, pero el fichaje del brasileño es imposible. Tal y como ha podido saber Culemanía, desde el club no se contempla la reincorporación del brasileño a la disciplina azulgrana y todo apunta a una estrategia del entorno del jugador más que a una realidad. 

En el Barça saben que su marcha no solo fue un duro golpe en lo deportivo. Un extremo con descaro, regate y gol, sino también la perdida de un reclamo publicitario a nivel mundial que atraía a muchas marcas y patrocinadores. Su marcha todavía se contempla como una traición en la directiva azulgrana y no sufragarán un fichaje multimillonario para traer lo que una vez ya fue azulgrana y no quiso quedarse. Algunos sectores apuntan a que el club ha iniciado conversaciones con el padre del jugador, pero la cúpula está más pendiente de donde acabará Neymar que de su regreso. 

 

Una foto de archivo de Sandro Rosell, Neymar y Josep Maria Bartomeu / EFE

Una foto de archivo de Sandro Rosell, Neymar y Josep Maria Bartomeu / EFE

El Barça analiza el mercado y escucha a la dirección deportiva y a Ernesto Valverde, pero de momento ninguno de ellos ha pedido tantear su retorno. Los únicos que hasta la fecha verían con buenos ojos su retorno serían los capos del vestuario. Messi, Suárez, Piqué e incluso Rakitic o Ter Stegen mantienen una estrecha relación de amistad con el brasileño, pero no forzarán su fichaje. Además, Neymar volvería con los mismos problemas por los que se fue. Messi siendo el líder del equipo. Además, en la mayoría de esferas del barcelonismo no se ve con buenos ojos su regreso. Un regreso que supondría desajustar los presupuestos por el salario que significaría reincorporar a Neymar.

Estrategia para alertar a Florentino

El destino preferido del brasileño es el Barça, pero sabe que no ocurrirá, por lo que ha optado por cambiar de estrategia. En París no es feliz, y según pasan los meses ha demostrado que la liga francesa no le gusta, que el precio que se abonó por él fue desorbitado y poco a poco Mbappé le ha ganado terreno. Neymar no quiere vivir a la sombra de nadie y menos a la de un niño de 19 años. Sus guiños al club catalán son simplemente su nueva jugada ensayada fuera de los terrenos de juego. 

Florentino tiene al extremo entre ceja y ceja desde que Sandro Rosell se lo arrebatara en 2013 y el presidente blanco necesita una estrella que recoja el legado y potencial publicitario de Cristiano. En los últimos meses el interés del Real Madrid se ha enfriado, pero el padre del jugador sabe que de conseguir un buen precio de salida, Florentino y Nasser Al-Khelaifi llegarán a un acuerdo. El equipo de Chamartín es el único de la liga española capaz de costear su fichaje y es un club que puede asegurarle títulos y una candidatura firme al Balón de Oro. 

En definitiva, una cortina de humo en la que la familia Neymar espera que Florentino caiga antes de volver a verlo vestido de azulgrana.