Ousmane Dembelé es un jugador de contrastes, o lo que otros llaman de una proyección indudable, pero que aún genera muchas dudas en el Barça. El francés llegó para suplir la salida de Neymar --una papeleta difícil como carta de presentación-- y se convirtió por aquel entonces en el fichaje más caro de la historia del club catalán.
Tras una temporada y media en la disciplina azulgrana, el francés todavía no ha dado su máximo rendimiento con la zamarra azulgrana. Es capaz de levantar a un estadio entero con un golazo digno de un crack internacional y de desesperar a la misma hinchada entre murmullos y aspavientos por los errores más sencillos.
Frente al Sevilla, en la final de la Supercopa de España, el Mosquito embolsó el título con un golazo desde fuera del área, y tuvo continuidad de cara a portería en los encuentros de liga, pero su inspiración se ha ido apagando paulatinamente con el paso de las jornadas hasta quedar relegado al banquillo. Una situación que también vive con la selección francesa en la que ha dejado su último destello y también error.
Regate y velocidad
Este parón de selecciones, Francia se enfrentó a Islandia en un encuentro que acabó en empate (2-2) y en el que Dembelé fue protagonista. En una de sus internadas por la banda derecha dejó atrás a dos rivales con dos recortes, pero volvió a dejar una definición para taparse. Mandó el balón a la grada tras un fuerte disparo con la zurda.
Dembelé, capaz de lo mejor y de lo peor
Una jugada que recuerda también a otras que ha realizado con el Barça. La última fue frente al PSV en el Camp Nou, donde el francés marcó el segundo gol de la tarde. Dejó atrás a cuatro rivales --dos en un mismo regate-- y definió a la escuadra con un chute de fantasía.
Gol de Dembelé contra el PSV en Champions
Una jugada que también realizó la temporada pasada frente al Villarreal en el Camp Nou, partido en el que firmó un doblete en la apabullante victoria azulgrana.
Pifias y malas decisiones
Por contra a su calidad y proyección, el extremo francés también desespera al barcelonismo. Su mejor fútbol todavía no se ha asentado en el equipo y es un jugador intermitente. Capaz de lo mejor y lo peor en escasos minutos. Messi y Suárez ya han mostrado su desesperación en el verde en varias ocasiones por su falta de entendimiento y la visión de juego de Coutinho parece que, de momento, le ha ganado el puesto.
Ya en su presentación como azulgrana dejó algunos errores sin adversarios a la hora de conquistar a los fans que fueron al estadio a recibirle con sus malabarismos con el balón.
La torpe presentación de Dembelé con el Barça
Unos errores que se han repetido continuamente en los partidos de liga. Por el momento, Dembelé tiene la confianza de Ernesto Valverde y del club, pero su proyección de azulgrana podría verse frustrada de no mejorar en el juego individual y, sobre todo, colectivo.