Arturo Vidal no tiene remedio. Cuando parece que empieza a entender cómo debe comportarse con el Barça, si es que aspira a triunfar en el club, va y se vuelve a meter en un berenjenal. Él solito se complica la vida. Da un paso adelante y dos atrás. Así no hay quien avance.
El centrocampista se encuentra en México concentrado con su selección, Chile, que el miércoles juega contra el país centroamericano en un encuentro amistoso. La selección chilena viene de perder contra Perú por un contundente 3-0. Arturo Vidal, titular indiscutible en el once de Reinaldo Rueda, es además el capitán del equipo y estuvo presente en la debacle de Chile frente al conjunto peruano. Al menos sumó minutos, algo de lo que adolece en el Barça.
La situación que Arturo Vidal atraviesa en el Barça está siendo la comidilla de la prensa chilena. El azulgrana arrastra sus problemas consigo y es preguntado por el tema día sí y día también, mientras él parece responder con mayor o menor acierto en función de la inspiración del momento. No se explica de otra forma que unos días porfíe, otros bromee y en ocasiones llegué a plantearse la salida del club. Esto es lo que pasó en su última entrevista concedida a Univisión Deportes.
Se deja querer en México
Preguntado sobre si le gustaría jugar en México, Arturo Vidal asintió con rotundidad: “Claro, el fútbol mexicano me encanta y más adelante si hay algo bueno, un equipo importante que quiera contar conmigo lo pensaría mucho, porque sería un placer venir a México a jugar”, afirmó el azulgrana sin complejos y sin pensar en la repercusión de sus palabras.
Quizá animado por el cariño con que el entrevistador recibía sus palabras, Arturo Vidal fue incluso más preciso en sus preferencias: “América es un lindo equipo, me encantaría, pero me gusta vivir el día a día, prepararme bien en lo que estoy y más adelante me abro siempre a posibilidades importantes”, explicó.
Descontento con el Barça
Aunque las declaraciones de Arturo Vidal no dejan de ser una muestra de cortesía, llama la atención la facilidad con que el jugador fantasea sobre la posibilidad de jugar en otro equipo. No está a gusto en Barcelona, eso es evidente, y no se corta un pelo a la hora de manifestarlo. No lleva bien las suplencias en el conjunto dirigido por Ernesto Valverde. No soporta ser un jugador residual. Pero lo cierto es que tampoco sabe cómo ganarse la confianza del míster.
Arturo Vidal recibe instrucciones de Valverde durante un partido del Barça / EFE
Nada más abandonar Barcelona para reunirse con su selección, Arturo Vidal ya expresó abiertamente a los micrófonos de la prensa su malestar en el equipo culé. Decía sentirse en forma, listo para jugar, y no entendía por qué el entrenador no contaba con él. El presumible tirón de orejas que recibió, tanto del Barça como de su entorno en Chile, sirvió para que bajara el tono en sus siguiente comparecencia. Entonces dijo que se esforzaría más para ganarse el sitio.
Parecía que el centrocampista chileno había recuperado el rumbo, que comprendía cuál era el camino a seguir para disfrutar de más oportunidades en el conjunto azulgrana. Sin embargo, sus últimas declaraciones públicas, en las que abre la puerta a una posible salida del club, vuelven a hacer patente su nula capacidad de entender de qué va esto.