Gerard Piqué. El nombre del central se repite en las portadas y crónicas jornada tras jornada en uno de sus peores inicios de temporada como jugador azulgrana. Nuevo error del defensa y nueva obligación del equipo a ir a remolque en uno de los escenarios más difíciles de La Liga: Mestalla

Minuto dos de partido, primer córner y primer tanto valencianista que convirtió Garay tras un mal despeje de Luis Suárez que golpeó en un señalado Piqué, que parece atraer todas las situaciones comprometidas en las que se encuentra el equipo. El Barça pudo empatar el encuentro 20 minutos más tarde, pero no fue capaz de superar a un Valencia perfectamente organizado en defensa. 

Messi tuvo que volver a salir al rescate. Un golazo --con asistencia de Luis Suárez-- y empate final para volver a dejar escapar dos puntos que se suman a los siete perdidos frente al Girona, Leganés y Athletic Club. El equipo dominó, Valverde recurrió a su sistema favorito, el 4-4-2, dio continuidad a Arthur en la medular y a Coutinho como interior y extremo, pero ni así. El equipo se pareció más al conjunto de Wembley, pero sin éxito. Un tropiezo que se agrava dados los resultados de la semana fatídica y por otra oportunidad perdida para confirmarse como líderes en solitario. 

Se rehizo, pero el gol en contra le vuelve a sentenciar

El Barça volvió a pagar caro la falta de concentración en los primeros instantes de partido. La jugada es un despropósito que también deja señalado a Luis Suárez. Piqué no estuvo acertado, el gol le señaló en los primeros compases del partido, pero estuvo acertado en la mayoría de acciones. 

Una foto de Gerard Piqué en una disputa / EFE

Una foto de Gerard Piqué en una disputa con Batshuayi en el Valencia-Barça / EFE

Se erigió como el líder de la defensa, pero un error como ese en un jugador de su nivel, solo se podía enmendar con una victoria que no llegó. También le deja especialmente señalado su falta de autocrítica ante los medios de comunciación. El central no quiso mostrar signos de debilidad, aunque no pudo esconder en su rostro la presión que le generaron algunas jugadas y decisiones tomadas durante el partido. 

Dio un mensaje de esperanza al barcelonismo; el mejor Piqué está por llegar, pero no puede tardar mucho. De momento, el Barça ha encajado en cinco partidos consecutivos con errores que llevan su nombre y apellido.

Luisito, mantiene su sequía

Fue el casi asitente de los dos tantos del partido. Primero su mal despeje en el córner obligó a Piqué a asistir a Garay y más tarde lo corrigió con la asistencia a Messi para el empate. Luis Suárez volvió a ser el delantero luchador y con garra, pero su mejor versión está por llegar. Su apodo, el Pistolero, se le dio por su olfato goleador que esta temporada todavía no ha despertado. Su conexión con Coutinho y Messi es espléndida, y ha mejorado notablemente su primer toque en los últimos encuentros, pero el equipo necesita más gol. Especialmente, si se encaja más que el año pasado. 

El Barça dominó y podría haber ganado. Coutinho tuvo frente a Neto el 1 a 2, pero se le hizo de noche y le arrebataron un gol cantado. El charrúa se movió, se desmarcó, pero sin acierto. Messi tuvo que volver a rescatar al equipo, y más allá de la asistencia acusó con exceso la ansiedad que padece por marcar. 

 

Se le agradece que diera la cara por el equipo tras una semana llena de dudas por sus problemas en la rodilla, aunque la falta de un recambio de garantías condena a Valverde.