El Barça retomó la senda de los buenos resultados con una exhibición de fútbol en Wembley. Los de Ernesto Valverde recobraron su mejor versión y sumaron su segunda victoria consecutiva en la Champions League superando a un Tottenham que no se rindió, pero que no pudo hacer nada ante el espectáculo de Messi y compañía. Las claves del triunfo azulgrana frente a los spurs se distingue en la mejora del juego azulgrana, la posesión y la solidez colectiva.
Valverde regresó a su dibujo favorito, el 4-4-2, y dotó al equipo de un centrocampista más, en este caso Arthur, para mantener la posesión del balón y la superioridad en el centro del campo. La formula del Barça para jugar bien siempre reside en dos factores: Leo Messi y la medular. El argentino lideró al equipo, bajó a recibir, presionó, abrió el juego y definió. La medular, por su parte, estuvo excelsa.
Rakitic, Arthur, Busquets devolvieron al centro del campo azulgrana su identidad. Protegieron la línea defensiva recuperando balones y propusieron un juego ofensivo total. Se hicieron dueños del balón, fueron una opción constante para sus compañeros y se permutaron en el desmarque ante la presión de los ingleses.
Vigilado de muy cerca
Con Rakitic en horas bajas y Arthur como debutante, los hombres de Pochettino fijaron su atención en el eje del centro del campo. Sergio Busquets. El de Badía tuvo en varias ocasiones la marca casi constante de los ingleses, pero no le amedentraron. El '5' azulgrana firmó un partido perfecto. Su efectividad fue del 100 % en todas sus intervenciones en el juego. Busquets buscó a sus compañeros en 71 ocasiones y los 71 pases fueron acertados, según recogió la UEFA en su análisis estadístico del duelo. Además, no todos fueron pases en corto, los cuatro cambios de orientación también encontraron destinatario y también recibió con acierto 39 balones a media distancia.
El pívot azulgrana hace fácil lo difícil. Se crece ante la presión de los rivales y siempre encuentra una opción viable con una frialdad envidiable. Otro de los éxitos del juego azulgrana fue Arthur. Ante la presión a Busquets, el brasileño se erigió como la alternativa para sacar el balón jugado. Ambos se compenetraron a la perfección, se encontraron hasta en 16 ocasiones. Dos menos de las que Busquets encontró a Messi, quién erró algunos pases, pero que no ensuciaron su partido.
El susto
Las estadísticas hablan por sí solas. Busquets no tiene recambio en el planteamiento azulgrana. Es el oxígeno de un equipo que volvió a su mejor fútbol. Mimarlo es primordial. El jugador finalizó el encuentro con molestias por una sobrecarga en los adductores que arrastra desde hace días, pero en el Barça mantienen la esperanza de que pueda estar el domingo frente al Valencia donde deben mantener la buena racha en Europa y cambiar la dinámica en Liga. El jueves se ejercitó con normalidad, pero desde el club serán cautos.