Arturo Vidal se vio relegado al banquillo contra todo pronóstico. El chileno estaba llamado a ser el tercer centrocampista del Barça frente al Tottenham para reducir las acometidas de los ingleses, pero Valverde optó por el toque y la clase de Arthur. El brasileño firmó un gran encuentro en su debut como titular en la Champions League y el músculo y el carácter del chileno no fueron necesarios para superar al conjunto dirigdo por Mauricio Pochettino

Messi se echó el equipo a la espalda y el club catalán recuperó su mejor versión futbolística que acabó traduciéndose en un 2 - 4 en el marcador. Pese a la necesitada victoria del equipo, tras una semana para olvidar, Arturo Vidal no escondió su malestar durante el partido y después de confirmarse la victoria de su equipo. 

Caras largas

El técnico extremeño mandó a calentar al chileno en el ecuador de la segunda parte, pero no le dio entrada hasta el minuto 87. Un cambio táctico para asegurarse la victoria y poder frenar alguna contra de los spurs cuando todavía el marcador era de 2 a 3. Tan solo gozó de seis minutos en el verde de Wembley y para un jugador de la experiencia de Vidal, no son suficientes. Intervino poco y bien, pero dejó entrever su mosqueo en las redes sociales. Una situación que ya es conocida en el vestuario, pero con la que Valverde no piensa amedentrarse.

El cabreo era evidente. Rafinha le pasó por delante, siendo la primera sustitución del equipo, aunque tampoco tuvo mucho tiempo. Un total de siete minutos. El buen juego del equipo permitió a Valverde esperar para efectuar retoques en el terreno de juego. Fueron cambios de contención y para dar oxígeno a un conjunto que achacó la exigencia física que requirió el encuentro. 

Mosqueo y arrepentimiento

El chileno es un jugador de carácter y ante la situación vivida, subió una fotografía a sus stories de Instagram tras finalizar el encuentro. Sin palabras, pero con una imagen clara. Un emoji con la cara enfadada fue el mensaje elegido por el chileno para evidenciar, ante sus seguidores y compañeros, su mosqueo particular por la suplencia y la posterior falta de minutos. 

Arturo Vidal muestra su mosqueo con Valverde / Instagram

Arturo Vidal muestra su mosqueo con Valverde / Instagram

Poco más tarde, maquilló su enfado como algo personal y volvió a su espiritu colectivo. Publicó un post en sus redes sociales con la que felicitó al equipo por el trabajo colectivo.

 

Un doble rasero que el chileno no quiso evitar. Está feliz por el triunfo cosechado en Inglaterra en uno de los momentos más difíciles de la temporada, pero quiere más. Lo dejó claro en su presentación como jugador azulgrana. Quiere ganarse un sitio en el once y considera que la decisión de Valverde frente al Tottenham fue un desprecio de mal gusto. El chileno debe entender que los triunfos colectivos van por encima de los personales. Tiene trabajo por hacer antes de conseguir un sitio indiscutible.