Enfado monumental de Leo Messi este sábado en el Camp Nou. El astro argentino volvió a ser insuficiente para lograr la victoria de un FC Barcelona que navega sin rumbo, incapaz de superar al Athletic.
Messi empezó el partido sentado en el banquillo. Así lo pactó previamente con Ernesto Valverde, según ha podido saber Culemanía, por más que el técnico no quiso dar detalles al respecto en rueda de prensa.
El astro argentino jugó a partir del minuto 55 y ayudó a mejorar, bastante, la imagen de un equipo adormecido hasta entonces. El genio de Rosario empezó a combinar con Luis Suárez, Coutinho, Rakitic y Munir hasta que el delantero hispano-marroquí anotó el gol del empate.
Pese a brillar sobre el césped, Messi también mostró sus malas pulgas. Nuevamente, con críticas dirigidas hacia el colegiado, Jaime Latre, que tampoco anduvo muy afortunado.
Falta autocrítica
Pero ni la presencia de Messi, ni su talento, ni su empuje sirvieron para atar en corto una victoria que el Barça mereció más que el Athletic a pesar de su nefasto partido. Y ya van tres tropiezos consecutivs durante una temporada en la que solo se ha firmado un buen encuentro, ante el Huesca.
El Barça debe hacer autocrítica, empezando por la cúpula directiva, pasando por Pep Segura y Eric Abidal, haciendo especial hincapié en Valverde y terminando por los jugadores.
Hay una cosa clara, y Messi la expresó muy bien en una sorprendente aparición ante los medios para hablar sobre el partido: el Barça defiende muy mal este año.
El fichaje que llegó (y el que no llegó)
No es que toda la culpa sea de Piqué, aunque está en un momento de forma horroroso, ni de los despistes ocasionales que cometen el resto de sus compañeros. Es un asunto colectivo.
Y el principal problema se apunta en la confección de la plantilla: falta equilibrio. Valverde todavía se pregunta por qué se invirtieron 41 millones en Malcom cuando lo que hacía falta era un medio.
El extremo brasileño ni siquiera fue convocado. En cambio, Valverde habría pagado de su propio bolsillo por poder incluir en la convocatoria a un centrocampista de talla mundial.
Eso es, precisamente, lo que Leo Messi pide a gritos. Y no pudo decirlo más claro con sus últimas declaraciones: hace falta reforzar la parcela defensiva. Pero desde el centro del campo.
Messi detecta el problema
"Veníamos de una temporada en la que era muy difícil meternos goles y ahora, a la mínima, nos meten con facilidad. Trataremos de mejorar. Tenemos que hacernos fuertes defensivamente. No puede ser que recibamos goles todos los partidos", se excusó.
Messi también analizó la supuesta Messidependencia con un punto crítico: "Tenemos una plantilla como para poder ser un gran equipo, un conjunto fuerte que no tenga que depender de nadie. El equipo tiene jugadores de sobra como para depender de un jugador".
Arturo Vidal es la alternativa (de momento)
Sin embargo, falta un jugador capaz de dar ese equilibrio. Por el momento, Arturo Vidal es el único candidato real a dejar sentado a Dembelé (o Coutinho). La otra alternativa es Arthur, pero todavía está muy verde.
La realidad es que el Barça tenía la misión de fichar a un centrocampista de primer nivel en verano y no lo hizo. Ni Pogba ni Rabiot desembarcaron en el Camp Nou y Messi echa en falta un jugador que aporte fuerza y visión al juego del equipo. Uno de los dos, u otro en su defecto, debe llegar en enero.