Dos días después del debacle en Butarque, en el Barça continúan analizando la situación. Son muchos factores los que llevaron a los azulgrana a firmar el peor partido de la temporada, pero hay uno que prevalece por encima de todos: la defensa. El mal momento de Piqué ha hecho saltar las alarmas, pero también se ha confirmado una situación que el club ya conocía desde verano: la dependencia del equipo de Jordi Alba. La secretaría técnica no buscó un sustituto a Lucas Digne y dejó al de L'Hospitalet solo al mando del carril izquierdo. Una decisión poco acertada. No hay un suplente de garantías que pueda dar descanso al lateral.
La carencia es evidente y conocida, y por ello Ernesto Valverde y la dirección deportiva ya se han puesto manos a la obra para encontrar una solución en enero. El futuro se llama Juan Miranda, del filial, pero de momento el Txingurri no cuenta con él y todo apunta a que deberá esperar una temporada más para dar el salto definitivo al primer equipo. Tampoco está Cucurella, cedido al Eibar, que sería la opción más económica, pero su regreso también se efectuaría en el mercado de verano de 2019 en caso de que el Eibar declinará su opción de compra.
Vermaelen no es lateral y Sergi Roberto ya tiene bastante con la banda derecha. A la prioridad del centro del campo para el mercado de invierno, se le suma ahora el lateral izquierdo. Para esa candidatura el Barça ya ha efectuado un primer esbozo con nombres y apellidos. Debe cumplir unos requisitos básicos y, pese a la necesidad del equipo, no se forzará un fichaje a la desesperada.
Un lateral con experiencia
Con esta situación, Valverde quiere contar con un jugador de experiencia. El presupuesto para esa posición es corto, pero la inversión deberá efectuarse, aunque será complicado. Encontrar un lateral izquierdo de garantías que acepte y asuma el rol de sustituto en el banquillo con pocos minutos y una alta exigencia. En el mercado hay varias alternativas que gustan, pero algunas se antojan difíciles.
El club quiere hacer una inversión con posibilidades de futuro. El que más gusta es Mendy, lateral de 24 años y que se ha hecho un hueco en el once del Manchester City de Guardiola. Sería un recambio de garantías para Jordi Alba, pero las negociaciones por un jugador de su perfil a mitad de temporada serían largas. El de Sampedor no contempla una salida del francés. Además, el Betis tiene prioridad sobre el jugador.
También está en la lista un viejo conocido: Alejandro Grimaldo. El joven de 23 años era una de las promesas del fútbol base del Barça, pero tuvo que buscar mejor fortuna en el Benfica. Ahora es titular y apunta maneras, pero su reincorporación al equipo podría acabar con la proyección de Miranda.
La veteranía es un grado
Filipe Luis, jugador del Atlético de Madrid, es otra opción. termina contrato en junio de 2019 y todavía no ha renovado. Esperar a verano es inviable --aunque llegaría gratis-- pero en invierno el Barça podría forzar una buena salida. El problema: tiene 33 años y una inversión superior a los 20 millones por un jugador de esa edad sería una locura.
Algo parecido es la situación que ofrece Nacho Monreal. El jugador del Arsenal es un indiscutible en la Premier, pero llegaría al Barça con 33 años recién cumplidos. El club londinense ya ha iniciado las conversaciones con el jugador para renovarle el contrato, que expira en verano de 2019, pero una buena oferta del Barça podría cambiar sus planes. Los gunners no contemplan su salida, pero si el jugador se niega a renovar forzaría una venta en invierno para no irse de vacío.
El último candidato sería Alberto Moreno, jugador del Liverpool. Pasó una temporada difícil al mando de Jürgen Klopp, pero el sevillano es feliz en Inglaterra. Su edad no sería un problema. Tiene 26 años, joven pero cuanta con la experiencia de un gran club. El problema: no está en venta y el Barça deberá tantear el terreno.
Todos ellos tienen experiencia en Europa y en la Champions League, dos requerimientos fundamentales de Valverde, pero solo Monreal podría jugar con la elástica azulgrana en Europa.