Ernesto Valverde todavía no entiende qué sucedió en Butarque. El técnico azulgrana no se mordió la lengua al finalizar el encuentro y expresó su disconformidad con la perfomance de sus jugadores en el terreno de juego: "Se nos han ido cinco puntos difíciles de explicar", aunque fue autocrítico con su gestión: "Me siento responsable, claro, como cualquiera que pierde un partido".

Con la resaca de una derrota dolorosa contra un rival que fue superior, el técnico reunió a sus jugadores antes del entrenamiento de recuperación del jueves. Una charla breve, pero intensa en la que el entrenador puso las cartas sobre la mesa. Criticó la falta de intensidad y actitud con la que se saltó al campo y les recordó que cada partido son tres puntos vitales, sea quien sea el rival al que se enfrenten. 

Optimismo 

Pese a las palabras que dedicó el Txingurri a sus jugadores, el técnico mostró su total confianza hacia la plantilla, pero tomó cartas en el asunto antes de que la situación empiece a hacer mella en el equipo. El empate frente al Girona fue el preludio de lo que ocurrió en Butarque, aunque nadie, ni siquiera el propio técnico, supo verlo. 

Autocrítica interna

El análisis que Valverde realizó en la flash interview tras finalizar el encuentro no convence al vestuario, aunque describió la realidad que se vivió en el verde: el Leganés pisoteó el planteamiento del Barça y no permitió a los azulgrana mantener el balón cómodamente, ni que se acercarán al área rival con peligro. Fueron un equipo contra un tumulto de individualidades.

Desde el vestuario reconocen que este tropiezo debe marcar un antes y un después. Ha ocurrido en la jornada seis, donde todavía hay margen de error, pero no quieren digerir la derrota como un "accidente". El equipo jugó mal, dio una imagen nefasta y acusó muchos aspectos en las fases del juego; sin llegada, ni potencial ofensivo y frágiles en defensa. 

Messi se queja de un acción frente al Leganés / EFE

 Messi se queja de un acción frente al Leganés / EFE

La derrota del Madrid tampoco alivia a la plantilla. Sí es cierto que permite al Barça seguir líder en la clasificación, pero en el vestuario se ve como una oportunidad perdida de liderar la tabla en solitario. Valverde lo tiene claro. La falta de actitud y concentración debe solventarse. No es cuestión de un partido, si no de una actitud que se ha extendido en el equipo. El Leganés les pintó la cara y el técnico no quiere ni pensar cómo podría acabar un partido frente a uno de los grandes con esa intensidad.

La defensa, en el punto de mira

El vestuario está unido. Es una derrota peligrosa y todos han asumido sus responsabilidades, pero el mensaje es claro: la concentración es una prioridad, especialmente en defensa. El mensaje también tiene un receptor claro: Gerard Piqué. Sus dos últimas cantadas han permitido a los rivales encontrar portería con facilidad y el vestuario le ha recordado que el equipo es la prioridad. Debe concentrarse. Es un pilar fundamental del equipo, tercer capitán y un bajo rendimiento del central penaliza en exceso al equipo.

Piqué durante una disputa en la derrota del Barça contra el Leganés / EFE

Piqué durante una disputa en la derrota del Barça contra el Leganés / EFE

De momento, el Barça tiene una nueva oportunidad para remontar la situación este sábado frente al Athletic Club. Se acabaron los inventos y rotaciones. Los tres puntos son primordiales.