Blanda, espesa, débil, despistada, endeble, decaída o exánime. No se acaban los calificativos para definir la pasmosa fragilidad defensiva del nuevo Barça de Ernesto Valverde. La que fuera su mayor virtud el curso pasado, se ha convertido en su principal defecto este año.
Los azulgrana protagonizaron un auténtico despropósito en Butarque (2-1). Empezando por la alineación, con Munir y Vermaelen como titulares para sorpresa de todos. Si bien eran de esperar algunas rotaciones antes del tour malet que espera al equipo, lo del belga fue demasiado.
Después de una primera media hora de partido óptima, con dominio absoluto del Barça, los cracks fueron bajando el pistón paulatinamente. Como si el brillante gol de Coutinho ('12) ya fuese garantía suficiente de victoria.
El suicidio de Vermaelen
Nada de eso. El Leganés es un equipo aguerrido que compensa su falta de talento con 'bemoles'. Y así lo demostraron los de Mauricio Pellegrino en un segundo tiempo lamentable. La impotencia se apoderó de los cracks azulgrana, incapaces de reaccionar.
Philippe Coutinho recibe felicitaciones por su gol frente al Leganés / EFE
La apuesta de Vermaelen para reforzar el lateral izquierdo fue lo más parecido a un suicidio colectivo. La diferencia con respecto a Jordi Alba, que entró al césped con Malcom en el '70 para intentar arreglar el desaguisado, hacía daño a los ojos. Muchos aficionados se deben estar preguntando por qué Valverde no quiso confiar en el prometedor Juan Miranda.
El central belga reconvertido a lateral no tuvo la velocidad suficiente para cubrir la veloz llegada de El Zhar. El incansable extremo marroquí marcó de cabeza ('62) para equilibrar las tornas.
Otra cantada de Piqué
No pasó ni un minuto cuando Gerard Piqué protagonizó la cantada del partido. Y después de sus calamitosos fallos contra el Girona, esto no hace sino acentuar su situación de señalado: está en el punto de mira.
Piqué llegó forzado a un balón en la frontal y en el afán habitual de sacar la pelota jugada se lo regaló a Óscar en boca de gol ('63). Nada pudo hacer Ter Stegen ante el lanzamiento a bocajarro.
A partir de ahí, fueron pasando los minutos. La entrada de Luis Suárez por Munir en el '60 tampoco surtió ningún efecto. Las posesiones azulgrana se tornaban estériles una y otra vez.
Messi, perdido
A todo esto, Messi estaba desaparecido. Y ya van varios partidos este año donde al astro argentino le cuesta brillar pese a su habitual recital de goles. Sigue marcando porque es un extraterrestre, pero su participación en el juego se está viendo resentida.
Como resentido, por no usar adjetivos más graves, está el balance defensivo. El Barça lleva seis goles encajados en cinco jornadas y ha tenido que remontar ya en seis encuentros: contra el Sevilla en la Supercopa, el Huesca, la Real Sociedad, el Girona –donde no logró superar el empate– y el Leganés. Este último no fue posible y cayó la primera derrota del curso.
Messi se lamenta de una ocasión / EFE
El técnico extremeño pide a gritos un nuevo centrocampista para dar equilibrio al equipo. Lo dijo en verano y lo ha dejado caer en la sala de prensa. Es una necesidad. Abidal debe reaccionar.
Fichaje urgente para enero
A expensas de ver si Arturo Vidal o Arthur demuestran estar preparados para esa tarea, cosa que no han hecho por el momento, hará falta un refuerzo urgente en invierno. No queda otra.
Queda cada vez más claro que Dembelé sigue estando verde y le cuesta conectar con los cracks. Y Messi echa en falta un centrocampista que le sirva más y mejores balones.
Una foto de Dembelé durante el partido frente al Leganés / EFE
Coutinho sigue demostrando su gran calidad en acciones puntuales, a la par que su preocupante intermitencia. Marca goles magistrales pero se ausenta inexplicablemente de la creación en muchos momentos.
Dembelé lo tiene crudo
La labor del brasileño debe ser claramente ofensiva y ello implica sacrificar a Dembelé y confiar en otro medio que ayude a sostener al equipo. Por el momento, ese jugador está por llegar.
La derrota del Barça llega en el momento más inoportuno. Dos tropiezos consecutivos en los dos partidos teóricamente fáciles que tenía el equipo disparan las alarmas. Y ahora llega lo bueno: Athletic, Tottenham, Valencia, Sevilla, Inter y Real Madrid. Hay que reaccionar.