El Barça perdió los primeros puntos de la temporada en un encuentro en el que Ernesto Valverde arriesgó demasiado en las rotaciones.
Además de ello, las circunstancias del encuentro, como la expulsión de Clément Lenglet, hicieron que el Barça tuviera que remar a contracorriente para salvar un punto contra el Girona en el Camp Nou.
Suplencia de Coutinho
Una de las sorpresas iniciales en el once que presentó Ernesto Valverde fue la suplencia de Phlippe Coutinho. El técnico azulgrana dio descanso a Ivan Rakitic, pero en vez de que fuera el brasileño el que acompañara a Sergio Busquets en el centro del campo, optó por la titularidad de Arturo Vidal y Arthur.
Coutinho conduce el balón en un partido de Champions League / EFE
La entrada de dos jugadores que aún no están asentados en el once titular del Barça descompensó la línea media azulgrana. En este caso Ernesto Valverde se precipitó a la hora de dar minutos a todos sus jugadores, pues lo más práctico hubiese sido la presencia de uno de ellos y con Coutinho sobre el césped.
Este hecho refleja las palabras del mismo técnico azulgrana en la rueda de prensa previa al encuentro en la afirmó que “el desborde de Coutinho condiciona el equilibrio”. De ahí que el Barça esté trabajando en incorporar a un futbolista para esa demarcación en el mercado de fichajes invernal, pues Ernesto Valverde ve más al brasileño como un jugador de ataque.
Demasiado riesgo
El planteamiento inicial del Barça ofrecía muchas dudas y finalmente no fue el partido más idóneo para probar fortuna. El conjunto azulgrana parece estar acostumbrándose a remontar o asegurar los partidos en el segundo tiempo y no siempre podrá ser así.
Las rotaciones están a la orden del día, pero Ernesto Valverde fue más allá al hacer dos de una tacada en el centro del campo. Actualmente no hay rival pequeño ni tan siquiera en el Camp Nou y el Girona lo demostró con creces pese a que fue el Barça el que se adelantó en el marcador.
Rectificar a tiempo
Además de la cierta inestabilidad que ofrecía la línea media azulgrana, Ernesto Valverde se topó con otro problema con la expulsión de Clément Lenglet. Sin juzgar el acierto o no del colegiado del encuentro, lo cierto es que el técnico del Barça debía pensar rápidamente como solucionar el quedarse en inferioridad numérica.
Gil Manzano muestra la tarjeta roja directa a Clement Lenglet en el Barça-Girona / EFE
Dar entrada a un defensa era esencial, aunque la proximidad al intermedio hizo permanecer inmóvil al banquillo azulgrana. Pese a que la idea iba a acabar ejecutándose, el Girona consiguió empatar el partido antes del descanso, dejando la espera de Ernesto Valverde en insuficiente.
Aunque tarde, el técnico azulgrana acertó dando entrada a Umtiti por Dembélé en la reanudación. Pese a que el Barça necesitaba marcar, era más importante contar con una buena consistencia defensiva.
Cabe destacar también que con el resultado nuevamente en contra, Ernesto Valverde se vio en la obligación de dar entrada tanto a Coutinho como a Ivan Rakitic para que ocuparan el lugar de Arthur y Arturo Vidal. Con un once más habitual el Barça pudo empatar y soportar el inconveniente de estar en inferioridad numérica.
Renovación parada
Por otro lado, la ampliación del contrato de Ernesto Valverde es uno de los temas de prioridad en la directiva azulgrana. Si bien el técnico está tranquilo y se toma el asunto con calma, los dirigentes quieren solucionar este tema cuanto antes, pues quieren asegurarse la continuidad del entrenador con el objetivo de ofrecer la sensación de continuidad tanto al proyecto como a los jugadores.
Ernesto Valverde en un entrenamiento del Barça / EFE
Tras dejar escapar los primeros puntos de la liga en el Camp Nou, Ernesto Valverde deberá ordenar sus ideas en cuanto a las rotaciones excesivas por línea y plantear una idea en la que el Barça salga a ganar desde el minuto uno, pues aunque aún reste mucho campeonato cualquier tropiezo puede penalizar al final de temporada.