Tras una temporada para olvidar por culpa de una grave lesión, Ousmane Dembelé vuelve a sentirse futbolista. Si bien pudo disfrutar de la victoria de la selección francesa en el Mundial de Rusia, es ahora cuando puede demostrar todo lo que vale con el Barça.
Dembélé ha sido utilizado por Ernesto Valverde en todos los partidos oficiales que el Barça ha disputado hasta la fecha. Además, el francés siempre ha partido de titular jugando alrededor de 80 minutos en cada uno de ellos, exceptuando la tercera jornada liguera en la que disputó el partido completo.
Y es que el atacante francés debe responder a los 120 millones de euros que el club azulgrana pagó por él. A su presencia habitual en el once titular también se le suman cinco goles: tres en liga, uno en la Champions League y otro en la Supercopa de España disputado el pasado mes de agosto.
Factores a mejorar
Viendo los números individuales que presenta Ousmane Dembelé en este arranque de temporada, se podría pensar que todo funciona correctamente, pero la mejora de los números personales del francés parece estar perjudicando en cierto modo al juego del equipo.
Pese a que su figura se perfila como una de las importantes de cara al futuro, su juventud le está jugando algunas malas pasadas a la hora de definir cara a puerta y, sobretodo, en el momento en que es preciso interactuar con los compañeros.
En este sentido uno de los más damnificados es Luis Suárez. El uruguayo es la referencia en ataque de los azulgrana, pero el exceso de individualidades de Dembélé hace que no le lleguen tantos balones como es habitual. De hecho, uno de los puntos negativos que se le achacan al francés es su afán por finalizar jugadas en las que una asistencia al delantero centro sería mucho más productiva.
A su vez, si el juego pasa más por Ousmane Dembélé no pasa tanto por Leo Messi. El argentino sabe que debe entenderse con el extremo francés, pero si su magia es eclipsada el mayor perjudicado es un Barça que pretende resolver los partidos con eficacia y evitarse disgustos mayores.
Fallos comprometedores
En el encuentro del pasado martes contra el PSV, en el debut en Champions League de los azulgrana, Dembélé protagonizó varias acciones que derivaron en contras peligrosas del conjunto holandés.
Pese a que el trabajo de la zaga del Barça y el desacierto de los atacantes rivales evitaron males mayores, la lenta capacidad de reacción de Ousmane Dembélé tras una perdida de balón quedó en evidencia.
Dembelé lucha por un balón en el partidos del Barça contra la Real Sociedad / EFE
Además de éste, el cuerpo técnico azulgrana debe trabajar y pulir otros aspectos del francés. Uno de suma importancia, dada su posición en el campo, es el de la definición. Si bien se espera que Dembélé sea una pieza clave a la hora de generar fluidez en la zona de ataque, también se espera de él que sea fiable en el momento en que encare al portero contrario, pero sabiendo diferenciar que acción escoger en cada momento.
En el partido de liga que enfrentó al Barça a la Real Sociedad pudieron verse acciones de este tipo. Jugadas en que el centro era la mejor opción para Ousmane Dembélé terminaron en intentos de disparos fallidos que no llevabas a ninguna parte.
La sombra de Iniesta
La posición de extremo izquierdo en el Barça es de lo más exigente. Muchos han sido los jugadores reconvertidos a esa posición y que se han adaptado ofreciendo garantías. Sin embargo, las actuaciones de Andrés Iniesta en esta zona del campo aún son recordadas.
Es en ello en lo que debería fijarse Dembélé, en como puedes ocupar una posición de ataque si necesidad de llevarte siempre el protagonismo en cuanto al gol.
El francés tiene mucha calidad y ofrece garantías de futuro, pero hasta que no se asiente como un jugador 'top' debe ser precavido en las decisiones que toma e ir corrigiéndolas cuanto antes mejor.