Hubo un tiempo en el que La Masia acaparaba elogios desde todos los rincones del panorama futbolístico. El buen hacer de varios jugadores surgidos de la cantera azulgrana la colocaba a otro nivel en cuanto al fútbol formativo se refiere.
Sin embargo hay muchos aspectos a tener en cuenta en una cantera tan grande y competitiva como es la del Barça.
Subir y bajar
Actualmente hay varios jugadores que viven a caballo entre el primer equipo del Barça y el filial, destacando entre ellos los casos de Carles Aleñá, Riqui Puig o Miranda. Estos futbolistas conviven en dos mundos muy diferentes y para ello se debe ser muy fuerte mentalmente.
En casos como éste lo habitual es que los jugadores entrenen con el primer equipo y compartan aprendizaje con jugadores de talla mundial, pero a la hora de competir su territorio es el equipo filial.
Esta es una práctica habitual, pero en la presente temporada el cambio es más drástico. De realizar un trabajo enfocado a la Primera División pasan a competir dos peldaños por debajo, en la Segunda División B.
El cupo de jugadores por posición o las necesidades del entrenador son cruciales para el futuro de La Masia, pues muchas de sus 'perlas' acaban perdiéndose.
Casos únicos
La cantera azulgrana ha nutrido al primer equipo de jugadores excelentes, pero la grandeza de éstos tal vez ha empañado la realidad. Casos como los de Xavi, Iniesta o Sergio Busquets suelen ser muy esporádicos, ya que no todos los que suben para quedarse cuentan con el mismo grado de confianza y continuidad.
Muchos han sido los jugadores a los que se les ha dado la oportunidad, pero que no han brillado siendo miembros del primer equipo por contrato. Pueden citarse los casos de Cuenca, Tello o Bartra, jugadores que apuntaban maneras, pero que ahora ejercen lejos del Camp Nou.
Otra opción recurrente para los jugadores de La Masia es la de ser cedidos a clubes que les aporten minutos de juego en Primera División. Está parece ser la decisión más sensata, pero existe el riesgo de encadenar varias cesiones consecutivas hasta finalizar la vinculación con el Barça.
Trabajar para subir
Desde el banquillo del filial, el técnico García Pimienta apunta que “se trabaja para que muchos de estos jugadores sean importantes en la primera plantilla”. Un objetivo que a su vez repercute negativamente en el Barça B, pues es de lo más habitual tener que contar con jugadores del juvenil para afrontar los compromisos ligueros.
Dándose esta situación también es complicado conseguir que el equipo filial tenga la cohesión suficiente para mantenerse en Segunda División y que las idas y venidas de los jugadores sea menos impactante.
Hacerse un hueco
La actual plantilla del Barça hace que para los jugadores de La Masia sea complicado asentarse en el primer equipo. Posiciones cubiertas con los mejores y reforzadas en el mercado de fichajes parecen alejar la ilusión de triunfar en el Camp Nou.
Sin embargo, cuentan con partidos en los que lucirse y convencer a Ernesto Valverde. Por ejemplo, varios jugadores del filial saben que tienen muchos números de ser convocados en las primeras rondas de la Copa del Rey. Pese a que es difícil destacar en un sólo partido y en un once 'b', la oportunidad existe.
Por ahora quedan lejos aquellos onces formados exclusivamente por canteranos que tanto ensalzaron el fútbol formativo azulgrana. Sin embargo, jugadores como Aleñá o Riqui Puig están empeñados en mantener la esencia y abrir la puerta a una nueva generación formada en La Masia.