Ousmane Dembelé es el nuevo nombre de moda en el FC Barcelona. Su estilo poco ortodoxo contrasta con su brillante efectividad. En Anoeta volvió a marcar.
El extremo francés lleva en cinco partidos los mismos goles que anotó en toda la temporada pasada –participó en 24 partidos–, un total de cuatro dianas. Ya van tres encuentros seguidos anotando.
El fichaje de los 105+40 millones de euros firmó el gol de la victoria en la Supercopa de España contra el Sevilla (1-2), el tanto del triunfo en Valladolid (0-1), uno de los muchos goles contra el Huesca (8-2) y, una vez más, el gol de los tres puntos ante la Real Sociedad (1-2).
Cuatro tantos y tres de ellos decisivos. Una estadística abrumadora, que no empaña los defectos en su juego. Dembelé todavía sufre para asociarse con sus compañeros, pierde balones tontos, erra en muchos controles y toma más decisiones equivocadas que la mayoría.
Dembelé, mucho margen de mejora
Lo bueno es que tiene tan solo 21 años y, por lo que se está viendo, también tiene estrella. Si la suerte le acompaña y el culé tiene paciencia, se acabará puliendo un diamante todavía en bruto.
Su mejor aval en este arranque de temporada son los goles. Ello da confianza al propio Dembelé, aumenta el grado de paciencia en la grada y refuerza la apuesta de Valverde por los cuatro fantásticos.
Más que nunca, Dembelé está haciendo de Messi en un año donde el argentino se ha cargado de presión con el brazalete de primer capitán al brazo. Su promesa de recuperar la Champions está en la retina de toda la hinchada culé.
Messi solo marca en el Camp Nou
El astro argentino está compaginando partidos de ensueño –hat trick contra el Alavés y recital frente al Huesca– con encuentros donde sufre para participar –contra el Valladolid y en Anoeta– y, por el momento, no se ha estrenado fuera de casa.
La irrupción de Dembelé ha sido clave para solventar dos encuentros que bien podrían haber terminado en empate. El galo es el único que ha marcado en los dos encuentros fuera de casa.
Valverde juega con fuego
Sin embargo, ponerlo todo al estado de gracia de Dembelé es una apuesta demasiado arriesgada. El Barça debe ir buscando alternativas cuanto antes.
El mejor Messi debe aparecer también fuera del Camp Nou porque Valverde está jugando con fuego. Ya van dos partidos al borde del abismo. Hay que mejorar.