Ernesto Valverde ha marcado una nueva línea al confeccionar la plantilla de este año / EFE

Ernesto Valverde ha marcado una nueva línea al confeccionar la plantilla de este año / EFE

Primer equipo

Valverde rompe con Luis Enrique y se acerca a Guardiola

El Txingurri ha marcado una nueva línea con sus decisiones en torno a la plantilla durante esta pre-temporada

10 septiembre, 2018 19:15

Ernesto Valverde afronta su segundo curso al frente del vestuario del Barça con altas dosis de motivación. El entrenador extremeño considera que la buena temporada del año pasado –con el nubarrón negro de la fatídica noche en Roma- se puede igualar e incluso mejorar.

Para este objetivo, tanto el técnico como la dirección deportiva han confeccionado una plantilla de garantías. Un equipo con suficientes alternativas para sobrellevar los momentos más duros del curso y que sea capaz de llegar en las mejores condiciones a los meses de primavera, cuando se deciden los grandes títulos.

Para ello Valverde no ha dudado en hacer oír su voz durante el verano, presionando para reforzar el plantel en las posiciones más delicadas, rebelándose contra movimientos no deseados –caso Paulinho- y evitando la salida de jugadores que considera importantes.

Plantilla a su medida

Esta estrategia más intervencionista que en la pre-temporada de su debut ha acabado por dar forma a un plantel al gusto del Txingurri. Una plantilla a su medida que redefine además la relación del ex técnico del Athletic con sus predecesores en la caseta blaugrana.

El primer año de Valverde en el Barça estuvo marcado por un estilo similar al de los mejores momentos del trienio de Luis Enrique en el banquillo culé. Por encima de todo prevaleció la seguridad defensiva del equipo –con pájaras puntuales en Europa, eso sí-, y una notable contundencia en el ataque. Como en el primer año de Lucho, el equipo dominaba los partidos por su fortaleza en las dos áreas, limitando hasta cierto punto el manoseo del balón en el centro del campo.

Esta tendencia se acrecentó por la proliferación de jugadores no canteranos en el once culé. Incorporaciones como las de Coutinho y Dembelé, unidos a los fichajes de años anteriores y al ocaso en minutos de Andrés Iniesta, explicaron este fenómeno. 

ADN Barça

Pero el nuevo curso ha empezado en Can Barça con aires renovados… y parece que también con un estillo lleno nuevos matices. Así se pueden interpretar algunas de las decisiones de Valverde en las últimas semanas.

El Txingurri, cuando ha tenido la opción, ha apostado claramente por jugadores de la casa. Canteranos, algunos con varias temporadas ya en el primer equipo a sus espaldas, con marcado ADN Barça, pero que siguen suscitando dudas entre un sector de la afición.

Así ha ocurrido por ejemplo con Denís Suárez, que finalmente se ha quedado por expreso deseo de Valverde. Al igual que ha sucedido con Munir, quien volvió en julio tras su año de cesión en el Alavés y ha acabado por convencer a los técnicos blaugranas para retenerle.

Más in extremis –su salida estuvo en el aire hasta los últimos días del mercado de fichajes- fue la decisión de mantener a Rafinha en la plantilla. El hispano-brasileño, jugador de indudable talento pero con graves problemas de lesiones, se ha mantenido en el Camp Nou con el visto bueno de Valverde.

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Mirando a La Masía

El Txingurri mira además este año hacia los filiales culés con otros ojos. El extremeño planea dar minutos a un jugador como Carles Aleñá, que podría ofrecer descanso durante el curso a Sergio Busquets, muy cargado de partidos a lo largo del año.

Casos similares son los de Riqui Puig y Juan Miranda. Está previsto que ambos canteranos, jovencísimos todavía, sean una alternativa en algunos partidos de este año. La afición espera con especiales ganas el debut en partido oficial de Puig, un jugador que enamoró en los compromisos amistosos del verano.

Este conjunto de jugadores tienen en común su origen en La Masía, un lugar que parecía olvidado desde el banquillo y los despachos del Camp Nou en los últimos años, pero que en este curso amenaza con resurgir. Tal y como ocurrió en la etapa de Pep Guardiola al frente del navío culé. ¿Serán estas las primeras piedras de un proyecto tan exitoso como aquel? El tiempo lo dirá.