La amistad de Leo Messi y Neymar Jr. va más allá de la camiseta azulgrana. Argentino y brasileño mantienen una estrecha relación fuera de la cancha y cuando la agenda se lo permite, el extremo brasileño acude a ver a sus excompañeros en la Ciudad Condal. Desde que partió rumbo a París, sus visitas nunca han sido bien recibidas por la directiva del club, pero su última aparición en la Ciutat Esportiva fue la gota que colmó el vaso.

A la cúpula del Barça no le gusta que el brasileño campe a sus anchas por las instalaciones que un día fueron su casa y que cambió por un puñado de millones, dejando al club con poco margen de maniobra para suplir su marcha y, además, con un proceso judicial en la mesa. 

Persona non grata

Pese a que el club no quiere saber nada del brasileño y sus malas artes --decidió abandonar la entidad después de firmar una renovación para cobrar las variables-- el brasileño ha intentado regresar a la entidad catalana en varias ocasiones. El jugador del PSG se arrepintió de su marcha a las pocas semanas. París no es Barcelona, la Ligue 1 no es la Liga y en poco tiempo entendió que alejarse de la sombra de Messi para ser la estrella de un proyecto ambicioso, pero menor, no fue una buena idea. 

Además, el brasileño cree que su juego está más castigado en la liga francesa. Recibe más faltas que en España y no le gustan muchos de los traslados en autobús a los partidos fuera de casa. Asimismo, y para aumentar su desencanto, en el Parque de los Príncipes vivió grandes rifirrafes con Edinson Cavani. Pensó que sería la estrella, pero el uruguayo impuso sus galones. Además, la explosión definitiva de Mbappé como una estrella mundial también le ha hecho sombra.   

 

No es una opción

Algunos directivos y ejecutivos del Barça saben que el deseo de Neymar es volver al Barça. El jugador ha confesado sus deseos a algunos de ellos y se ha sincerado con los excompañeros más cercanos. De hecho, ha llegado a pedir ayuda para que le Barça tantee al PSG para recuperar al jugador. 

Una jugada que el Barça no contempla. El equipo es más sólido, ha hecho otras inversiones y la marcha de Neymar no ha sido tan traumática como se esperaba. Además, para el aficionado culé sería recuperar a un traidor y, encima, financiar a un club que no tiene escrúpulos a la hora de pagar cláusulas de rescisión y que se ha cerrado en banda para negociar por Rabiot este verano e hizo lo mismo por Verratti hace dos. 

Sus excompañeros lo saben, pero el poder de Messi tiene a un límite, especialmente en el ámbito financiero del club. De momento, el capitán ya ha dejado claro que Neymar tiene las puertas abiertas. Su buena relación con Leo, Suárez, Piqué, Rakitic o Ter Stegen --todos pesos pesados de la plantilla-- le concede una etiqueta de intocable. Desde las oficinas se quejan, pero la respuesta es clara: Neymar es bienvenido.

Rumbo a Madrid

Con la negativa del club, al menos mientras presida el club Bartomeu, Neymar acabará en el Real Madrid. El brasileño prefiere volver a un vestuario que conoce y donde tiene grandes amigos, pero todo apunta a que vestirá de blanco el próximo verano. Florentino tiene el dinero preparado y no habrá una nueva puja de ambos clubs por el mismo jugador como ocurrió en 2013.