El problema con nombre y apellidos que arrastra el Barça de Messi
El plantel blaugrana tiene una posición en el campo sobre la que sigue habiendo dudas
5 septiembre, 2018 17:37En las oficinas del Camp Nou están muy conformes con la plantilla confeccionado para el año que acaba de comenzar. Las incorporaciones de este verano más la vuelta de algún jugador cedido han completado una plantilla que en los últimos años se ha criticado por la ausencia de recambios de garantías.
Por primera vez probablemente desde el año de estreno de Luis Enrique al Barça no se le notan debilidades evidentes. Agujeros por los que se pueden ir puntos o llegar goles en contra en los partidos clave del año. La mayoría de analistas concuerdan en que estamos ante un plantel sólido, de garantías y con todas (o casi todas) las posiciones dobladas ante eventuales lesiones o problemas físicos.
Esa es la lectura optimista del Barça 2018/2019. El análisis según el cual el equipo dirigido por Ernesto Valverde puede optar no sólo a dominar el fútbol español, tal y como viene haciendo, casi de manera ininterrumpida, desde hace años. Sino también emprender por fin el asalto a la Champions League, un torneo que en el último trienio siempre se ha esfumado los fatídicos cuartos de final europeos.
Una posición clave
Sin embargo, hay una posición en el plantel culé que genera dudas a algunas voces autorizadas. Un lugar en el campo absolutamente clave para el tipo de juego que desempeña el equipo del Txingurri Valverde y en el que parece que hay un hombre que se ha asentado de manera firme.
Hablamos del lateral derecho culé. Una posición que, vistos los cuatro primeros partidos de la temporada (Supercopa de España más tres de Liga) lleva inscrita el nombre de Sergi Roberto. Un jugador especialmente querido por la afición, debido a sus orígenes en La Masía y a su capacidad para adaptarse a diferentes posiciones en el campo, siempre según las necesidades del entrenador de turno.
Cabalgadas por todo el campo
Las virtudes de Roberto son de sobra conocidas. Un jugador -como no podía ser de otra manera viniendo de donde viene- de buen toque, capacidad asociativa, sentido colectivo y una enorme profundidad desde los laterales. A ello hay que sumar una habilidad especial para las conducciones de larga distancia, algo particularmente notable si tenemos en cuenta que el catalán no es de los jugadores más rápidos de la plantilla.
Esa capacidad para arrancar desde atrás y cabalgar el campo hasta posiciones ofensivas ha resuelto más de un partido al conjunto blaugrana en los últimos años. Sólo hay que recordar la espectacular jugada que hace dos temporadas y todavía con Luis Enrique en el banquillo sirvió para ganar en el Santiago Bernabéu en el último minuto. Un gol que prolongó el sueño de una Liga que parecía haberse alejado desde hacía jornadas.
Costuras en defensa
Sin embargo, esas habilidades en ataque en ocasiones no han logrado esconder ciertas carencias en el otro extremo del campo. Durante sus años en los filiales del Barça, Roberto nunca se desempeñó en posiciones tan atrasadas. Siempre ha sido un jugador de mediocampo con capacidad para ir hacia arriba. Pero en la defensa a veces se le ven pequeñas costuras.
Un nuevo ejemplo de ello pudo observarse el pasado domingo en el partido frente al Huesca. Los dos goles del equipo aragonés llegaron en despistes defensivos colectivos, pero el que peor parado salió en la foto fue el jugador de Reus.
Tanto en el gol de Juan Hernández como en el de Álex Gallar, Roberto no fue lo suficientemente expeditivo. En ambos balones el lateral no fue capaz de ir al choque para evitar los remates de los jugadores oscenses. Una falta de contundencia que en esas posiciones del campo se paga de la manera más cara.