Contundente. Así se está mostrando Ernesto Valverde en este primer tramo de la temporada con el FC Barcelona. En su segundo curso al frente del primer equipo, el entrenador extremeño está dejando las cosas muy claras: ni un segundo de relajación.
El Txingurri decidió, contra pronóstico, volver a situar sobre el césped frente al Huesca a su once titular. A estas alturas ya no hay dudas: Coutinho y Dembelé están condenados a entenderse.
Valverde sigue apostando por Coutinho en la posición de interior, haciendo de Iniesta aunque no sea lo mismo, y por Dembelé como extremo izquierdo.
Messi y Luis Suárez se seguirán alternando al frente del ataque, siendo el astro argentino el teórico falso extremo derecho que, en realidad, se mueve más por la mediapunta.
La 'clave Dembelé'
Una de las claves de Dembelé es su capacidad para jugar por ambas bandas. Lo que le puede suponer un beneficio táctico al entrenador al entender que el galo puede pasarse a la banda derecha cuando Jordi Alba suba por la izquierda y regresar a la zurda cuando Sergi Roberto suba la diestra.
El centro del campo seguirá estando comandado por Rakitic y Busquets, los verdaderos pulmones del equipo. Dos jugadores del todo imprescindibles para Valverde.
En la línea defensiva tampoco hay novedades. Umtiti y Piqué completan la zaga junto a los citados Alba y Roberto por banda. En la portería, gobierna Ter Stegen con puño de hierro.
Pensando en la Champions
Todo hacía pensar que Valverde movería el banquillo frente al Huesca, pero el técnico sabe que vendrán tiempos difíciles y quiere asegurar todo lo que pueda en el arranque. Antes del parón de selecciones quiere asegurar la victoria.
De este modo, el técnico renuncia a posibles experimentos consciente de que el calendario se pondrá muy complicado cuando empiece la Champions. El grupo de la muerte da respeto.