Buenas sensaciones en el nuevo Barça. Se respira tranquilidad y mejor ambiente que nunca en el vestuario. La presencia de Ernesto Valverde tiene mucho que ver.
El Txingurri ha fraguado una relación de armonía y confianza en el vestuario que hace tiempo se echaba en falta. Su talante comedido, marcando ciertas distancias pero a su vez fomentando las complicidades le ha hecho ganarse el respeto del grupo.
Valverde tiene claro que el objetivo de este año es ganar la Champions. Y cuenta con el arma más letal de todos: un Leo Messi implicado al cien por ciento en la consecución de ese cometido.
El astro argentino ha visto como el Real Madrid de Cristiano Ronaldo le pasaba la mano por la cara en los últimos años. Y su orgullo está herido. El amor propio de Messi le llevará a ser letal otro año más.
Hace ya una década que empezó el ciclo campeón del rosarino como líder deportivo del Barça, de la mano de Pep Guardiola. Mucho ha evolucionado desde entonces.
Messi manda dentro y fuera del campo
En 10 años, Messi se ha hecho un hombre y ya tiene todos los galones necesarios como para portar el brazalete de capitán del primer equipo. No tardó nada en levantar su primer título como tal, la Supercopa de España frente al Sevilla.
Messi levanta su primer trofeo como capitán del Barça / EFE
El también capitán de la albiceleste lo ha jugado todo desde ese día y ha contribuido en las posteriores, y batalladas, victorias frente al Alavés y el Valladolid. No cabe duda de que, sobre el césped, sigue en estado de gracia.
Sin embargo, ahora da un nuevo paso al frente en sus tareas como líder del vestuario. Heredado el brazalete de Andrés Iniesta, una de sus primeras decisiones consistió en organizar una cena con toda la plantilla.
Tan solo los futbolistas acudieron al evento, en Castelldefels, para ayudar a integrar mejor a los nuevos --Lenglet, los Arturos y Malcom-- en un grupo que ilusiona más que el año pasado. El cuerpo técnico se quedó al margen.
El Valverde más cómplice
Sin embargo, Valverde estuvo muy presente en la cena por la buena consideración que tienen de él los futbolistas. Y por el guiño que les hizo para facilitar la celebración del encuentro.
El técnico del Barça, Ernesto Valverde / EFE
El entrenador azulgrana autorizó avanzar la hora del entrenamiento del martes para que tuviesen todos tiempo de organizarse para la cena y ha retrasado mucho el entrenamiento de este miércoles, por si alguno se liaba más de la cuenta.
Los jugadores del Barça se volverán a ver las caras este miércoles en la Ciutat Esportiva a partir de las 18.30 horas. Sin duda, un nuevo gesto de Valverde que confirma su complicidad con la plantilla. Los quiere contentos. Y motivados.