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Raphinha celebra su gol contra el Valencia

Raphinha celebra su gol contra el Valencia EFE

Primer equipo

Raphinha o el arte del camuflaje

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Hace unos días se destapó que el brasileño Raphinha había tenido malas sensaciones en un entrenamiento, precisamente en la semana que estaba probándose para llegar al Clásico. El delantero, que llevaba ejercitándose dos días con el grupo, se retiró de la sesión cabizbajo y contrariado. Un día más tarde, las pruebas confirmaron la relevancia de estas malas sensaciones: había recaído de su lesión en el bíceps femoral de la pierna derecha.
Lamentablemente, toda esta información que hemos expuesto en el primer párrafo la camufló, o mejor dicho, la escondió el club: de la primera hasta la última línea. Fue Jijantes quien abrió la caja de los truenos al desvelar los problemas de Raphinha durante la sesión del jueves. Habían pasado 24 horas desde el suceso cuando se destapó la bomba.
La maquinaria del club se activó a partir de entonces. Los portavoces reaccionaron relativizando el alcance del suceso, hasta el punto de desmentir que fuera una recaída. El argumento esgrimido era que no se había producido la misma lesión y entonces no se podía hablar de recaída. Teoría ciertamente más que discutible, ya que, según esta premisa, si un jugador ha sufrido una rotura de 3 centímetros en el bíceps femoral, sale a entrenar y se rompe el mismo músculo 2,9 centímetros, no sería tampoco una recaída porque no es exactamente la misma lesión. Como vemos, el relato no se mantiene por ningún sitio.
Desde que el fútbol existe se habla de recaída cuando un jugador se resiente de la misma lesión, independientemente de cuál sea el alcance. Es más que evidente que estamos ante un paso atrás de manual y con el handicap añadido que esa musculatura es proclive a las recibidas, por lo que habrá que trabajar con más paciencia y precaución si cabe.
Tampoco hubo ningún comunicado por parte del club, si bien se filtró que se enviaría el día después de las pruebas. Evidentemente, emitir un comunicado diciendo que Raphinha se había lesionado en el bíceps femoral, pero negando que era una recaída, era un sinsentido de tal magnitud, que se optó, con buen criterio, no dar más pábulo al asunto.
La única, y lamentable, realidad es que el delantero estará un mes más de baja, con el agravante que serán ya dos meses sin contar con su presencia en los terrenos de juego. Una situación que Hansi Flick no se esperaba ni mucho menos.
No es el único lesionado que últimamente se camufla en la Ciutat Esportiva. El sábado el danés Andreas Christensen cayó de la convocatoria sin ningún comunicado por parte del club, causando baja para el partido contra el Real Madrid. Como venía de unos problemas estomacales, todo el mundo dio por sentado que eran las secuelas de la indisposición, pero al final resultó que había tenido problemas en el sóleo. Una vez más tuvo que ser un medio de comunicación, en este caso Rac1,  quien desvelara el pastel 
El club está en su derecho de gestionar y modular la información como considere oportuno, pero si sigue ocultando o camuflando la realidad, empezará a desvirtuarse su relato, hasta el punto de que ya nadie le creerá, como la famosa fábula de Pedro y el lobo. Y es que si te pillan en dos renuncios en una semana es, como mínimo, poco edificante.