La marcha de Iñigo Martínez no es un asunto baladí. Él era el líder de la defensa, el futbolista encargado de tirar el fuera de juego, más allá de sus virtudes futbolísticas. Con Cubarsí, además, formaba un tándem casi insuperable. Ambos se entendían a la perfección.
Araujo, el gran beneficiado
El Barça ha negociado la salida de Iñigo Martínez en silencio. Con gran discreción. No trascendió hasta que el acuerdo con el Al Nassr estaba ya cerrado. Flick, por su parte, sabe que debe buscar nuevas fórmulas. El gran beneficiado, posiblemente, será Araujo.
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Araujo es un futbolista muy físico. Rápido y contundente, pero tiene problemas para sacar el balón controlado y algunas lagunas de concentración. Algunos despistes suyos le han costado caros al Barça y deberá ser más pulcro.
Christensen y Cubarsí
Sin Iñigo Martínez, Éric tendrá más opciones de jugar como central. En los últimos partidos era el recambio de Jules Koundé en la banda derecha. También puede jugar como mediocentro.
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El tercer jugador que se beneficia de la marcha de Iñigo es Christensen, tras un año casi inédito por culpa de una lesión. El danés deberá demostrar que puede ser titular en el Barça. Clase tiene, pero es frágil físicamente.
Cubarsí, por su parte, parte como el primer central del Barça. Deberá asumir más responsabilidades sin Iñigo y formar nuevas alianzas para blindar la defensa barcelonista.