No somos tan buenos

Podríamos comenzar un debate en si es mejor Luis Enrique que Hansi Flick. La siguiente duda la despejaremos en otro momento. No es otra que si Lamine Yamal es más bueno que Osmaune Dembelé. Pero como el Balón de Oro no jugó habrá que concluir que jugador por jugador el PSG es superior al Barça. Por la mínima. Pero lo es. Cuestión de tener equipo y pasar de las figuras. El PSG está más hecho, al menos. Y está crecido. Tiene en Luis Enrique a un entrenador que, sí de algo sabe más, es precisamente de motivar a sus jugadores. El asturiano ha engrandecido al PSG sin la que iba a ser su gran estrella. Se quitó de encima a Mbappé y ganó lo que el equipo parisino y los amos árabes del club ansiaban. Con ello restregaban al resto del mundo que con don dinero todo es posible. Pero especialmente con un técnico creyente, amante de la religión del trabajo intenso y sacrificado.

Pero que el PSG haya vulnerado otra vez el terreno azulgrana no es algo que solo digamos nosotros. Lo dijo Flick: “El PSG es un equipo y ha merecido ganar”, y el alemán añadió una frase todavía mejor: “No podemos decir que estamos al nivel del PSG”. “Hemos ido a remolque”, señaló Eric García. “Ha sido un partido para ver dónde estamos”, indicó De Jong. Y yo me pregunto... ¿dónde estamos? Pues, seguramente, detrás del campeón de la Champions o por ahí cerquita.

Lo que todo culemaníaco espera es que el equipo técnico del Barça se haya dado cuenta de que los partidos o hay que definirlos en la primera media hora, que decía Johan Cruyff, o mentalizarse de que duran 90 minutos, especialmente cuando te enfrentas a rivales de tu misma talla. Como el Inter en la Champions pasada. O como el PSG este pasado miércoles.