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Joan Laporta, en un montaje con el nuevo Santiago Bernabéu y el nuevo Camp Nou de fondo

Joan Laporta, en un montaje con el nuevo Santiago Bernabéu y el nuevo Camp Nou de fondo MONTAJE CULEMANIA

Hablemos del Barça

Laporta contra todos

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2026 es año de elecciones en el Barça. Parece que fue ayer cuando Joan Laporta ganó a Víctor Font y Toni Freixa y sin embargo hace ya cuatro años y medio, largos, de aquel regreso triunfal, auspiciado por una gran lona en Madrid y redondeado por un voto silencioso pero indiscutible de un Leo Messi que pocos meses después fue invitado a marcharse del club.

La junta actual, que en poco se parece a la que celebró su victoria en marzo de 2021, prepara esos próximos (cada vez más cercanos) comicios con el convencimiento de haber salvado al club del desastre como principal aval para repetir triunfo. La poca contestación que sufre por parte de una masa social adormecida como nunca en la historia le otorga el punto extra en su convicción de ganar.

Parecería difícil en la realidad actual del Barça que Laporta perdiera unas elecciones enfrentado al mismo Font al que ya derrotó claramente y que contarán, se supone de momento, también con el concurso de la plataforma Som un Clam (habrá que ver si bajo el liderazo de Joan Camprubí), además de un Xavi Vilajoana cuyas ideas ya calaron en los anteriores comicios y se acerca al siguiente más preparado y batallador que entonces y, también de un atrevido (y capacitado) Marc Ciria. ¿Habrá más?

Claro que entre todo ello, también se puede y debe suponer, habrá que esperar la aparición de alianzas entre grupos opositores que entiendan la necesidad de unir fuerzas y proyectos para acabar con la actual junta.

Al cabo de todo ¿Puede perder unas elecciones Laporta? Por supuesto. Si Lorenzo cayó en 2000 ante Florentino Pérez dos meses después de ganar la Champions en París tiene que entenderse que nada es imposible en el mundo del fútbol. ¿Que el Barça no es el Madrid? Claro que no... Pero Jan sabe que la confianza es la peor de las compañías en unas elecciones. De eso podría hablar Lluís Bassat...

El Camp Nou, la deuda, el Palau, las comisiones, la gobernanza... No serán pocos los temas a discutir en unas elecciones a las que el Barça acudirá, confía el presidente, mostrando músculo futbolístico gracias al descubrimiento que fue Hansi Flick, su gran e inesperado golpe mediático que recuerda a la designación de Pep Guardiola en 2008.

Al otro lado habrá que ver qué rédito sacan de los atrasos en la construcción del estadio, la elección de Limak, las mentiras o medias verdades respecto a los retrasos, la invisibilidad del Palau, las designaciones a dedo o el aumento, bestial, de una deuda que se acerca, si no supera, los tres mil millones (poca broma) de euros.

Font, principal líder opositor hasta que no se demuestre lo contrario, ha defendido y sigue defendiendo que el club debe dirigirse desde un prisma absolutamente profesional que Laporta ha despreciado sin disimulo. "El Barça se puede dirigir como una gran empresa familiar" llegó a proclamar el presidente en 2022. Hoy, de hecho, no queda apenas nadie del grupo ejecutivo de origen, además de algunos directivos (Giró de entrada, Jordi Llauradó, Eduard Romeu o Juli Guiu) que han demostrado con sus salidas la peligrosa deriva en este estilo pesidencialista en que la discusión no tiene cabida.

A fuego lento, de momento, se va acercando un calendario electoral que, seguro, explotará en el momento menos pensado. Cuando aparezcan, que lo harán, los nombres propios, los golpes de efecto, las acusaciones y los desprecios. De eso, y más, hablaremos otro día...