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El presidente del Barça, Joan Laporta, en un montaje con las obras del Camp Nou de fondo

El presidente del Barça, Joan Laporta, en un montaje con las obras del Camp Nou de fondo MONTAJE CULEMANIA

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Los reyes del incumplimiento

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Los actuales dirigentes del Barça no tienen palabra. Incumplen sistemáticamente sus compromisos. Básicamente, por dos motivos: porque su gestión se basa en la improvisación, y lo que no planificas profesionalmente es imposible que salga. Y porque les encanta vender una supuesta ilusión, que acaba convirtiéndose en humo y engaño. Por eso no es de extrañar que el presidente Joan Laporta pretenda que el Ayuntamiento de Barcelona también incumpla algo que debería ser tan sagrado, tan innegociable, como la seguridad de sus socios y las normativas de emergencia.

El súmmum del cinismo fue oír a la vicepresidenta, Elena Fort, asegurando que “el Camp Nou es el estadio más seguro del mundo” y al cabo de 6 horas escuchar al jefe de bomberos de Barcelona, Sebastià Massagué, diciendo que "hemos detectado elementos que repercuten en la seguridad. Elementos en las vías de acceso al estadio que deben corregirse para asegurar que los aficionados puedan asistir con plena seguridad”. O ver a Laporta afirmando sin rubor que "el Camp Nou está para jugar. Lo ha dicho la Liga y la UEFA”, cuando ninguna de las dos organizaciones ha asegurado eso, porque ni les corresponde ni tienen competencia para eso. Al contrario, la Liga obligó a jugar en el Johan Cruyff primero, y ahora en Montjuic, y la UEFA hizo ya señaló de antemano la disputa del Barça-PSG en el Olímpico. Pero es la táctica laportina.


Embarrarlo todo con falacias, sembrar la confusión y acabar culpando a los supuestos “enemigos del Barça” en lugar de reconocer sus propios errores, o admitir el fracaso de sus anuncios fallidos y en la elección de esta constructora turca, que no está cumpliendo ni con el plazo ni con el precio.


Otra promesa incumplida es la de exigir un millón de euros de penalización a la constructora por cada día de retraso. Otro farol. Pero es que, además, el Ayuntamiento ha detectado que una parte de las obras ejecutadas en el Camp Nou no cumplen lo que está reflejado con el proyecto presentado. Ya veremos cómo acaba el asunto porque eso es un incumplimiento de la normativa urbanística.

Prometieron que solo se estaría un año en Montjuic y mañana se inaugurará la tercera temporada en la montaña olímpica. Aunque la situación recomendaría seguir en el Lluis Companys hasta que se acabaran las obras en el Camp Nou y pudiera acoger 60.000 espectadores, como estaba previsto inicialmente, quieren reabrirlo parcialmente y a toda prisa provocando que el equipo
juegue con dos gradas vacías.

Se está forzando la máquina porque Laporta está incumpliendo su compromiso con los inversores de Goldman Sachs, con los patrocinadores y con los compradores de los 475 palcos VIP. La falta de previsión no solo sucede en las obras del Espai Barça. Esta directiva ha incumplido su promesa de renovar a Messi en 2021 y ficharlo en 2023. Tampoco cumple con sus propios presupuestos que proyectan ejercicios con beneficios y luego se acaban cerrando con pérdidas.

Tampoco se han cumplido los planes estratégicos presentados ante la Liga y por eso los directivos han tenido que acabar presentando avales y pagarés con su patrimonio personal. Ni los inversores de la palanca de Barça studios cumplen con sus compromisos de pago, quizás porque no se han sabido elegir o se quiso engañar a la liga con un negocio que no era tal.

Esta directiva tampoco ha cumplido con la normativa contable del fair play de la UEFA y por eso le ha caído al club una multa de 60 millones. Tampoco han cumplido con la promesa que le hicieron a los 16.000 abonados a los 2 años de Montjuic de que este año podrían asistir a todos los partidos. De momento, la gran mayoría se han quedado sin ir al Johan Cruyff porque solo se destinaron 4000 asientos a socios. También han incumplido su compromiso con los 300 socios que, aun teniendo un título de propiedad de los palcos que adquirieron en 1982 situados en la segunda gradería, la directiva se los ha expropiado sin compensación. Por eso esta semana presentarán una demanda contra la directiva y el club.

Las promesas incumplidas han alcanzado también al nuevo Palau Blaugrana. Josep Cubells, el directivo responsable de baloncesto prometió hace año y medio que “pondremos la primera piedra en febrero de 2025 y estará terminado en 2027”.

Resulta que estamos a octubre y no hay ni proyecto realizado ni presupuesto asignado. Tampoco han cumplido con su propio programa electoral en el que figuraban que no permitirían que el Barça se asociara con países que no respetan los derechos de las mujeres y acaba poniendo a la República del Congo en la camiseta. El que acaba haciendo lo contrario de lo que promete, muy de fiar no parece.