La Liga aprende a vivir sin Messi ni Cristiano Ronaldo
El organismo que preside Javier Tebas incrementa ingresos pese al declive del fútbol español pero se aleja de la Premier
26 noviembre, 2021 02:56Tiempos difíciles para el fútbol español. Nada es lo mismo sin Leo Messi ni Cristiano Ronaldo. Las figuras que han marcado la competición doméstica durante una década se han hecho mayores y han emigrado a otros territorios que ahora pagan mejor. La Liga lucha por reiventarse mientras se hace cada vez más difícil competir con la Premier League, dominadora indiscutible, con abuso y ensañamiento, de Europa.
La dolorosa comparativa con la Premier
El organismo que preside Javier Tebas tiene el mérito de saber encontrar una aguja en un pajar. De poder exprimir un legado que, tras la pandemia del coronavirus, es deficitario y está a años luz de los tiempos de bonanza nacional que disfrutó el deporte rey hasta hace dos años. Tan solo el hecho de haber conseguido incrementar los ingresos comerciales en un 33%, hasta superar los 140 millones de euros, define a la perfección un éxito que contrasta con las penurias que sufren los clubes nacionales.
Un logro que, sin embargo, se antoja ínfimo comparado con el dineral que la Premier League acaba de sacar al mercado estadounidense mediante un acuerdo que agranda las diferencias entre ambas ligas. La Liga española obtiene 1.500 millones de euros en ocho años de la comercialización de sus derechos televisivos por parte de ESPN. La Premier ingresa 2.400 millones de NBC Sports por solo seis temporadas.
La decadencia del Barça
El FC Barcelona es el mejor ejemplo para plasmar la decadencia deportiva que sufre la Liga. En 2017 aún tenía a los mejores delanteros de Europa: Leo Messi, Neymar Júnior y Luis Suárez conformaban un tridente temible que suponía la envidia general. Poco a poco han ido cayendo: primero el brasileño, después el uruguayo y luego el argentino. En los tres casos predominó el componente económico como móvil de su adiós. Igual que en la marcha del francés Antoine Griezmann. La deuda del club asciende a 1.350 millones de euros.
Luis Suárez, Messi y Neymar celebran la Champions de 2015 / EFE
El Barça que hace una década se paseaba por Europa dando repasos a diestro y siniestro, vaga ahora como alma en pena por la Champions y la Liga. Sin poder hacer un solo gol al Benfica, en un Camp Nou que animó al equipo como nunca y obligado a ganar al todopoderoso Bayern de Múnich en el Allianz Arena. Más que un reto, una misión imposible. En Liga, los ahora dirigidos por Xavi Hernández no están ni en puestos de Europa. Séptimos en la tabla por detrás del Rayo Vallecano y a 10 puntos del Real Madrid.
El Madrid reina en la mediocridad
El club blanco simboliza ahora el proyecto más estable de España. Un Madrid que en otros tiempos hubiese sido vapuleado por el Barça es líder holgado de la Liga y también de su grupo en la Champions, donde figura clasificado como primero y ya tiene asegurada su plaza de octavos. Con un entrenador, Carlo Ancelotti, que fue despedido por Florentino Pérez en 2015 y jugadores que en el pasado fueron más que cuestionados, como Benzema y Vinicius, haciendo de estrellas, el Madrid es el tuerto que reina en el país de los ciegos, el de la mediocridad.
El caso del francés es especialmente sangrante por la campaña organizada desde Madrid para darle el Balón de Oro sin haber ganado más que una Nations League con Francia. Al mismo tiempo, se silencia su condena penal por complicidad en un delito de extorsión en el grado de tentativa.
Valgan como ejemplo para certificar la citada mediocridad del fútbol español en Europa, las dificultades excesivas que están teniendo los demás equipos de la Liga. Además del Barça, muy pendiente de lo que haga el Dinamo Kiev en Lisboa, también Atlético, Sevilla y Villarreal están en el alambre. Ninguno de ellos tiene asegurado el pase a octavos a falta de jugar el último partido de la fase de grupos y casi todos tienen la obligación ineludible de ganar en su último compromiso.
Lejos quedan aquellos tiempos en que los de azulgrana se clasificaban en la cuarta jornada y los demás equipos españoles también plasmaban su superioridad. La Liga va a la baja en lo deportivo y el mérito consiste en saberle seguir sacando el rendimiento económico al, cada vez más, negocio del fútbol.