Laporta vuelve a la carga: otra jugada que se activará sobre la bocina

"Más vale tarde que nunca", dice el refranero español. A tenor de lo visto en el último año, bien podría haber sido éste el eslogan de Joan Laporta en la candidatura a la presidencia del FC Barcelona, en lugar del Estimem el Barça que acabó imponiéndose a Víctor Font y Toni Freixa en las urnas. Se trata de un refrán muy manido ya en la sociedad, pero que el máximo mandatario culé parece llevar al extremo.

Laporta y su junta directiva se han convertido en expertos a la hora de cerrar acuerdos sobre la bocina. Y no sólo porque las palancas económicas que necesita el club en las próximas semanas siguen sin activarse --a pesar de estar cada vez más encarriladas--, sino por muchas otras decisiones que se han fraguado a última hora y han mantenido la tensión hasta el final, como en una película de Tarantino.

Una asamblea a la vista

Tras la cumbre mantenida por la junta directiva en La Jonquera, algunos esperaban que el Barça anunciase este mismo martes la aplicación definitiva de estrategias determinadas para llenar las arcas del Camp Nou de los millones que le faltan para equilibrar las cuentas. Antes, por supuesto, del cierre del balance económico 2021-22 que está fechado para el 30 de junio. Sin embargo, Culemanía ya advirtió que seguramente eso no iba a suceder tan rápido. Si no firman una de esas palancas antes del 30J, el club volverá a cerrar el ejercicio con pérdidas. 

Joan Laporta, en la Asamblea de Socios Compromisarios / FCB

Joan Laporta, en la Asamblea de Socios Compromisarios / FCB

En vez de ello, el comunicado oficial del club anima a los socios compromisarios a participar en una Asamblea Extraordinaria que tendrá lugar el 16 de junio, y en la que se pedirá autorización para poner en venta el 49% de BLM (Barça Licensing & Merchandising) y hasta un 25% de los ingresos derivados de la explotación de los derechos de TV correspondientes a la Liga. Todo a última hora, pero no es la primera vez. 

El culebrón de los avales

El vísteme despacio que tengo prisa, siguiendo con el refranero, fue aplicado por Laporta en otras ocasiones en las que se salió con la suya en el tiempo de descuento. Un ejemplo fue la consecución in extremis, en marzo del año pasado, de los avales necesarios para presidir el Barça. Después de muchas llamadas, Jan logró el respaldo financiero que necesitaba para desbloquear el último trámite de la investidura. "Faltaba dinerillo e iba poniendo; faltaba más y ponía otra vez", dijo el principal avalista y presidente de Audax Renovables, José Elías, meses atrás. Ahora, ya ni siquiera está vinculado con la directiva de Laporta.

Joan Laporta con José Elías / EFE

Joan Laporta con José Elías / EFE

La salida de Leo Messi por la puerta de atrás fue otro plot twist de Laporta que sorprendió a todos, incluso a los culés más acérrimos. Sobre todo, porque apenas unas semanas antes el presidente se había mostrado convencido, por activa y pasiva, de que La Pulga podría renovar con el Barça. Hay que recordar, además, que el presidente se negó entonces a firmar el acuerdo de la La Liga Impulso con CVC para no hipotecar al club. Una operación que, casi un año después, podría ser la tabla de salvación a la que se aferra la entidad. 

La loca madrugada de verano

No hay que olvidar tampoco cómo se desencalló la operación a tres bandas entre Griezmann y Luuk de Jong con Atlético, Sevilla y el Barça de por medio. Y con un Mateu Alemany que se llevó las manos a la cabeza desde su oficina en más de una ocasión, con una mano en el teléfono y la otra en el corazón.

Griezmann posa junto a Joan Laporta en la foto oficial del año pasado / FCB

Griezmann con Joan Laporta en la foto oficial / FC Barcelona

Hasta que se cerró el mercado estival de fichajes no se supo, minutos después, que la operación había entrado dentro de tiempo. Que Grizi volvería a vestir de rojiblanco y que Luuk, repudiado por la mayoría del barcelonismo, llegaría a un Camp Nou que finalmente le ha despedido entre vítores y aplausos eternos.

El apurado póquer de invierno

Por último, cabe mencionar los problemas y el encaje de bolillos que tuvieron que hacer Mateu Alemany y Joan Laporta para inscribir a los fichajes de invierno. Ferran Torres, Dani Alves, Adama Traoré y Aubameyang se pasaron unos días sin saber cuándo podrían empezar a vestir la zamarra culé, y los dos últimos, de hecho, llegaron cuando el mercado invernal estaba a punto de cerrar sus puertas. Sobre todo Auba, cuyo contrato se terminó de cerrar pasadas las 12 de la noche tras desencallar su salida del Arsenal al límite del tiempo. Historias y anécdotas, en definitiva, made in Laporta. Una cosa está clara: nunca se había corrido tanto en los despachos del club como se corre ahora... ¿tomarán ejemplo los jugadores?