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El fútbol no son solo 22 personas corriendo detrás de un balón. Es mucho más que eso. El fútbol es cultura, economía y sociedad, pero también es política. De hecho, lo institucional juega un papel mayúsculo en el mundo del deporte. Asimismo, el FC Barcelona no es la excepción. Joan Laporta es muy consciente de que para levantar la situación financiera del club culé hacen falta acuerdos y alianzas millonarias que propulsen las cuentas azulgranas. Es por ello que para asegurar dicho objetivo no le tiembla la mano al jugar a dos bandas y construir y romper puentes de colaboración según lo que le conviene. Un ejemplo muy claro es la Superliga: la arma definitiva de Laporta para jugar a su Monopoly personal.

Desde la fundación de la Superliga en 2021, la opinión del presidente del FC Barcelona sobre la competición ha cambiado radicalmente. ¿Los motivos? Sus intereses económicos e institucionales. De hecho, ahora, la situación está más caliente que nunca, pero el origen de toda la problemática se remonta mucho más atrás.

El primer posicionamiento

Nada más coger el relevo de la comisión gestora en marzo de 2021, Laporta se topó con una coyuntura financiera desoladora. El club ni siquiera disponía de liquidez para abonar nóminas y la deuda bruta se situaba en los 1.350 millones de euros a corto plazo. Por ello, Jan no tuvo más remedio que llamar a la puerta del eterno rival, en busca de ingresos debajo las piedras.

Joan Laporta y Florentino Pérez, durante una reunión de la Superliga REDES

Posiciones enfrentadas entre la Superliga Europea y la UEFA REDES

Florentino anunció en abril la creación de una Superliga con 12 equipos fundadores, entre los que figuraba el Barça. La entidad barcelonesa percibiría 350 millones del supuesto pool de 3.500 millones, a cambio de abandonar la Champions League y alejarse de la UEFA. ¿Qué pasó? El organismo presidido por Aleksander Ceferin se enfrascó en una batalla legal contra la promotora A22 Sports Management, impulsora de la nueva competición. Las amenazas vertidas desde la entidad que regula la Champions League motivaron una desbandada de equipos de la Superliga, hasta quedarse Barça y Real Madrid solos al pie del cañón.

De Florentino a Al-Khelaïfi

Esta situación se ha mantenido estable hasta hace muy poco, cuando el FC Barcelona empezó a tender puentes con la UEFA y la Asociación de Clubes Europeos (ECA). Todo apuntaba a que Joan Laporta abandonaría la competición promocionada por A22 Sports --y lo más probable es que así sea--, pero este miércoles se ha escrito una página más en el libro de dicha historia esperpéntica.

Laporta, Ceferin y Al-Khelaifi Redes

La Audiencia Provincial de Madrid ha desestimado los recursos de apelación interpuestos por la UEFA, LaLiga y la RFEF en contra de lo que dictaminó el juzgado de lo mercantil número 17 de Madrid en 2021. Dicho organismo confirmó que tanto la UEFA como la FIFA incurrieron en abuso de posición dominante al imponer normas de autorización previa que restringen la libre competencia entre la Superliga y la Champions League. Es decir, se le da la razón a A22 Sports y al Real Madrid y Ceferin recibe un 'varapalo' tremendo.

Acercamiento a la UEFA

Dicha resolución abre un horizonte lleno de incertidumbre en lo que atañe a la posición del FC Barcelona dentro de la disputa. Por ahora, el Barça sigue dentro del proyecto de la Superliga de manera oficial. Sin embargo, ya no se pronuncia a favor sobre la competición y Joan Laporta opta por mejorar sus relaciones con la UEFA. Es por eso que Jan acudió a la última reunión de la ECA y estrechó lazos con Nasser Al-Khelaïfi, presidente de la asociación.

Joan Laporta, junto a Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA, lamenta la derrota del Barça ante el PSG EFE

¿Cuál es el porqué de dicho cambio de opinión? Lo de siempre: los intereses institucionales. Al presidente del FC Barcelona le conviene mantener una buena relación con Aleksander Ceferin, Javier Tebas y la ECA por muchas razones. Algunas de ellas son el regreso al Camp Nou, el partido del Barça en Miami --o en cualquier otro lugar fuera de España-- y, sobre todo, las sanciones de la UEFA al FC Barcelona por incumplir el fair play financiero. Jan está en jaque y, ahora, le interesa más poner buena cara frente al organismo que regula la Champions League que frente a A22 Sports.

Un giro de guion

Sin embargo, la resolución de la Audiencia de Madrid de este miércoles podría volver a provocar un gran giro de guion en el largo historial de vaivenes institucionales que atesora Joan Laporta. Según ha podido saber Culemanía, los clubes que están dentro de la ECA no pueden empezar un proceso judicial en contra de la UEFA. Los documentos estatutarios de la propia entidad dirigida por Al-Khelaïfi lo demuestran, en concreto, la cláusula D.5.

La cláusula D.5 de los estatutos de la ECA ECA

Eso significa que si el FC Barcelona quiere sumarse a la demanda que presentará A22 Sports o el Real Madrid en contra del organismo presidido por Ceferin, no puede formar parte de la ECA, y por ende, seguirá en el proyecto de la Superliga. De hecho, una razón que podría motivar a Jan a tomar dicha dirección puede ser la económica. El club blanco y A22 ya han declarado que buscará una gran cantidad de dinero en compensación de los "daños sustanciales" que han sufrido por las gestiones totalitarias de la UEFA y si el Barça se une como uno de esos clubes, podría sacar una buena tajada.

"Estamos construyendo puentes de diálogo"

Asimismo, de momento, todo es especulación. Sin embargo, lo que sigue en un limbo total es la posición del FC Barcelona respecto a la Superliga y desde A22 Sports lo confirman. "El Barça sigue dentro de la Superliga. Estamos construyendo puentes de diálogo", confiesa un miembro del equipo de la promotora deportiva. De hecho, hasta se atreve a asegurar que "no existe ningún acercamiento" entre el club azulgrana y la ECA "por ahora".

Bernd Reichart, CEO de la Superliga, explica el nuevo formato de la competición y tiende la mano a la UEFA y la FIFA CAPTURA

Sea cual sea la situación real, la verdad es que Joan Laporta se ha dejado querer por quién más le convenía en cada momento y todo apunta a que su estrategia no va a ser diferente en los próximos capítulos de un culebrón que aspira a ser histórico.

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