Ni Hansi Flick ni Rafa Márquez. Tampoco, De Zerbi, ni Luis Enrique ni Mikel Arteta. Joan Laporta ha optado por la continuidad de Xavi Hernádez en un Barça con urgencias deportivas y muchos agujeros económicos. Su decisión es de alto riesgo, y no era la esperada por los dos representantes más próximos al presidente azulgrana: Pini Zahavi y Jorge Mendes.
Zahavi, antiguo socios y amigo de Laporta, es el representante de Robert Lewandowski. También lo es de Flick, el técnico alemán que en 2020 lideró al mejor Bayern de la historia. Al menos, según las estadísticas. Ese año, el equipo bávaro ganó la Copa de Alemania, la Bundesliga, la Champions, la Supercopa de Alemania, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes.
Flick y las clases de castellano
Flick estaba muy ilusionado con entrenar al Barça. Con iniciar un proyecto ganador en el club azulgrana. Había comenzado a aprender castellano y le había transmitido su objetivo a Zahavi, que sondeó a Laporta. Sin éxito. Tal vez por su fuerte carácter.
Laporta también contactó con Jorge Mendes. El representante portugués, decisivo en las cesiones de Joao Félix y Joao Cancelo, ofreció los servicios de Sergio Conceiçao, pero el entrenador del Oporto también tiene sus detractores en el Barça.
El futuro del Barça
Mendes también recomendó a Rafa Márquez, actual entrenador del Barça B. El mexicano está haciendo una gran campaña con el filial, pero algunos dirigentes creen que todavía no está preparado para dar el salto al primer equipo.
Laporta, de momento, apuesta por Xavi. Quiere que continúa el proyecto que inició en noviembre de 2021, pero prepara la llegada de un entrenador de primer nivel dentro de un año. Curiosamente, Pep Guardiola, Luis Enrique y Mikel Arteta acaban sus contratos con el Manchester City, el PSG y el Arsenal en 2025.