Joan Laporta, eufórico, se acordó de Johan Cruyff el 7 de marzo de 2021. El presidente del Barça siempre había citado al Flaco como su gran referente futbolístico y fue él quien le asesoró en su primera etapa como máximo responsable del club. Nada más ganar las elecciones, Laporta pidió a sus colaboradores y futuros directivos que posaran con él junto a la estatua del exjugador y extécnico barcelonista situada junto a la Tribuna del Camp Nou. Quería simbolizar su devoción por Cruyff y poco después fichó a Jordi Cruyff como director deportivo. Hoy, el hijo de Johan ha comunicado su salida del club.

Jordi ha rechazado la oferta que le hizo Laporta para seguir como director deportivo. El presidente ya se esperaba la renuncia del gran aliado de Mateu Alemany, quien también había comunicado su marcha el 2 de mayo. La influencia de Cruyff en el Barça de Laporta se diluye día tras día. Hoy, el máximo dirigente está en manos de Jorge Mendes, el representante más famoso del mundo.

La ayuda de Mendes

Laporta se ha apartado del cruyffismo y se ha entregado a Mendes por motivos económicos. El club está con la soga al cuello y el presidente del Barça pide ayuda. Ya lo hizo hace un año con su amigo y antiguo socio Pini Zahavi, el representante de Robert Lewandowski. Entonces negoció el fichaje de Bernardo Silva por el club azulgrana, frustrado por la negativa de Frenkie de Jong de aceptar la oferta del Manchester United.

Jorge Mendes, rodeado de cámaras antes de asistir a un acto institucional / REDES

Jorge Mendes, rodeado de cámaras antes de asistir a un acto institucional / REDES

Un año después, Laporta necesita la ayuda de Mendes en varias operaciones. Al presidente le urgen las renovaciones de Alejandro Balde y Lamine Yamal, la gran joya de la cantera barcelonista. Ambos jugadores son representados por el agente portugués.

El futuro de Ansu Fati

Laporta también necesita la complicidad de Mendes para vender a Ansu Fati. El representante le aseguró que le conseguiría una oferta por 70 millones de euros pero la promesa tenía trampa. Mendes se comprometió a que el Wolverhampton pagara 30 millones por el delantero internacional en una operación en la que Rubén Neves iría al Barça. El centrocampista portugués está tasado en 40 millones de euros, pero Xavi no quiere al futbolista.

A Jordi Cruyff no le gusta la complicidad entre Laporta y Mendes. Y mucho menos que el presidente haya apostado por el exfutbolista Deco como relevo de Mateu Alemany como director de fútbol en lugar de ascenderle a él como máximo ejecutivo deportivo.

El despido de Ronald Koeman

La delicada situación económica del Barça y las dimisiones de algunos ejecutivos y directivos también es vista con preocupación por Jordi, una persona muy discreta y con las ideas muy claras.

Ronald Koeman gesticula en Vallecas / EFE

Ronald Koeman gesticula en Vallecas / EFE

Jordi ya hace tiempo que meditaba su salida para iniciar un nuevo proyecto deportivo. Con Laporta tiene una buena relación personal, pero profesionalmente, pero profesionalmente ha discrepado en varios asuntos. Por ejemplo, en el trato que recibió Ronald Koeman al acabar la temporada 2020-21.

Buena sintonía con Xavi

El hijo de Johan Cruyff se posicionó en contra del despido de Koeman. También esperaba un mayor protagonismo en los fichajes del club del pasado verano. La actual estructura no le convence y lamenta su salida del Barça porque tiene muy buena sintonía con Xavi Hernández. Ambos se han entendido perfectamente y ambos comparten muchas operaciones clave. Por ejemplo, su apuesta por Martín Zubimendi, de la Real Sociedad, como relevo de Sergio Busquets.

Jordi Cruyff y Xavi en la premier del nuevo documental del Barça / FCB

Jordi Cruyff y Xavi en la premier del nuevo documental del Barça / FCB

La marcha de Jordi es otro duro para Laporta, que deberá reestructurar el área deportiva. Y es que desde que ganó las elecciones son muchas las personas que se han bajado del barco por sus discrepancias con el estilo presidencialista del máximo dirigente del Barça.

Otras renuncias

La renuncia de Jaume Giró a formar parte de la junta directiva del Barça fue el primer aviso para Laporta. Mucho más sonada fue la marcha de Ferran Reverter, el CEO del club, por sus discrepancias en asuntos clave como el acuerdo de patrocinio con Spotify y la financiación del Espai Barça. Este proyecto también motivó que José Elías, su gran avalador, se distanciara. 

Ferran Reverter, en una foto de perfil durante su etapa como CEO del Barça / FCB

Ferran Reverter, en una foto de perfil durante su etapa como CEO del Barça / FCB

El Espai Barça, el gran proyecto del club en el siglo XXI, también ha provocado otras tensiones y dimisiones como las de Ramón Ramírez, director del Espai Barça, y de Jordi Llauradó, directivo responsable del Espai Barça. A Llauradó le disgustó el acuerdo del club con Limak Construction para ejecutar las obras de remodelación del Camp Nou y pasó a ser el directivo vinculado a la fundación del club. A Ramírez lo fichó para su empresa.

Antes hubo algunas dimisiones más como las de Jaume Llopis y Enric Llopart, director digital del Barça. Ambos reununciaron a sus cargos en un club demasiado convulsionado en los dos últimos años, con un Laporta que vive al día y exige plenos poderes y lealtad, aunque sea a coste de perder al hijo de Johan Cruyff. Su gran maestro.