La noticia saltó por los aires a finales de abril. Barça TV dejará de emitir el 30 de junio, y el club despedirá, por tanto, a sus 150 empleados debido al cierre inminente del canal. Los problemas monetarios están detrás de la decisión adoptada por la junta directiva del club, previo consejo de varios miembros del departamento económico al presidente Joan Laporta. “El FC Barcelona informa que ha comunicado a su proveedor TBSC Telefónica, la empresa que gestiona la televisión del club, Barça TV, que no renovará el contrato de prestación de servicios, que finaliza el próximo 30 de junio″, anunció el club, poniendo fin a un periodo de 24 años en antena. Desde entonces, los empleados han optado por mantener un pacto de silencio sobre la gestión de Laporta a la espera de que se encuentre una solución al drama que supondría una avalancha de despidos.
Las reivindicaciones laborales de los trabajadores habían ocupado las portadas de los medios en los últimos meses. Se sabía que la situación laboral no era la idónea y que reinaba la precariedad, hasta el punto de que gran parte del personal se viera obligado a manifestarse y declararse en huelga para exigir mejores condiciones. Lo que pocos esperaban, sin embargo, era que el club decidiese echar el cierre a Barça TV y bajar la persiana. A quienes se levantaban cada día para desempeñar sus funciones en el canal blaugrana, la noticia les pilló por sorpresa.
Oportunidad de ahorro para Laporta
Inicialmente, el problema era con TBSC Barcelona Producciones SLU --empresa de Telefónica-- y no con el FC Barcelona, pero posteriormente el club vio la oportunidad de ahorrarse alrededor de 10 millones con el cierre televisivo. Miembros de la entidad culé han asegurado a Culemanía que el ahorro ronda los 12 millones anuales, mientras que desde el Comité de Empresa de Barça TV rebajan el número a unos ocho millones de euros. Sea como sea, a día de hoy predomina el hermetismo entre los trabajadores del canal, que no quieren ofrecer demasiados detalles sobre sus puntos de vista hasta que no se resuelvan sus respectivos contratos.
En cuestión de días dará comienzo la rueda de negociaciones entre el FC Barcelona y Telefónica para esclarecer los despidos y finiquitos. De ahí que, después de ser consultados por Culemanía, algunos trabajadores opten por guardar silencio y "esperar a ver la dinámica de la empresa y del club", antes de pronunciarse "a título personal".
Los trabajadores se curan en salud
Los trabajadores desean guardarse las espaldas y curarse en salud. Resulta lógico y comprensible. Desde el Comité de Empresa de Barça TV, encabezado por Ernest Méndez, se hace hincapié en la voluntad de "no involucrar" al personal de forma individual, o al menos no hasta que se concrete la situación actual y los pagos pendientes. Una vez vaya avanzando el proceso, desde el Comité aseguran que irán "actualizando" el statu quo.
"La empresa creía que el Barça renovaría el contrato con Telefónica o bien no lo renovaría, pero nadie imaginaba que el canal cerraría", reconoció Méndez a esta casa en los últimos días. "No es lo mismo que no renueves a cerrar el canal. Entonces ya hay que finiquitar a todo el mundo. Quedamos emplazados a que en breve volveríamos a tener una reunión para ver cómo lo manejan todo", apuntó. Pues bien, esa mesa de negociaciones está a punto de iniciarse, y la incertidumbre es tal que nadie quiere alzar la voz antes de tiempo y verse perjudicado.
"Lo que nos han vendido es que es todo por un tema económico. (...). Hay que recortar y nos ha tocado. Pensábamos que los recortes serían una reducción de plantilla, pero no una eliminación completa", critica. El escenario de absorción de Barça TV mediante Barça Studios, la rama del negocio audiovisual de la entidad azulgrana, era la opción que más interesaba a la plantilla de trabajadores. De esta forma, sus hipotéticas condiciones laborales las habría gestionado directamente el club, sin intermediarios como Telefónica. No obstante, la apuesta de la entidad presidida por Laporta ha sido otra. Y forma parte del plan global para reducir entre 220-250 millones de agujero salarial en los próximos meses, a través de distintas fórmulas y estrategias.