José Elías, avalador de Joan Laporta tras ganar las elecciones del 21 de marzo de 2021 para que pudiera formar una junta directiva, insinúa que pudo equivocarse al ayudar al actual presidente del FC Barcelona, pero explica que lo hizo para ayudar a Eduard Romeu, amigo suyo y vicepresidente económico del club.
En una entrevista concedida a El País, Elías admite que su relación con Laporta, actualmente, no es la mejor. Cuando le preguntan si se arrepiente de su gesto, el presidente de Audax Renovables responde: "La pregunta es compleja: yo avalé a un amigo, tenía una promesa con él, le prometí a Eduard Romeu que iba a estar en la directiva del Barça y lo avalé. Lo de Laporta fue un accidente".
Persona más mediática
Elías añade: "No me arrepiento, aunque depende del momento del día en que me preguntes... A mí la operación del Barça me puso en el mapa, pero también en el foco. Y en este país no se puede estar en el foco. Lamentablemente en este país cuando menos sales mejor te va. Lo del Barça fue un chute de focos en un tiempo muy limitado".
El presidente de Audax Renovables asegura que ahora es una persona mucho más conocida, pero admite que, tras avalar a Laporta, "empresarialmente no me fue muy bien".
Las aficiones de Elías
Elías matiza después que avaló al presidente del Barça por su amigo "y porque tenía la capacidad de ayudar". "En España, que te vean como un hombre hecho a sí mismo implica que durante un tiempo tienes que pedir perdón. Este es uno de los países donde el dinero ha cambiado menos de manos en los últimos cien años. Parece que todos los que no tenemos un “de” en el apellido, o hemos traficado con personas o hemos traído drogas. Ir al Barça y poner un aval como el que puse yo calló algunas bocas. Ahora ya no soy el tío de Badalona, ahora soy el tío que puso el aval del Barça. Y a nivel empresarial a veces va bien, porque te da una capacidad de que te lleguen nuevos negocios si te conocen", agrega el presidente de Audax Renovables.
Durante la entrevista, Elías explica que le encanta volar y que compró una empresa de helicópteros. "Intento volar un par de vez al mes, me da mucha paz", explica el empresario badalonés, quien se define como "un drogadicto de los modelos de negocio". "Analizar una empresa, las palancas de crecimiento de un negocio, el ponerme en el lugar del cliente... me genera cierto placer. Soy una persona bastante creativa, pero muy desordenada. Cada día me levanto y hago lo que me apetece. Me hace feliz", remarca.