Rueda de prensa larga, tensa y densa en el Camp Nou. Joan Laporta no puso la mano en la caja, ni tampoco nadie de su directiva. Así lo aseguró este lunes ante los periodistas, a fin de esclarecer todos los entresijos del Barçagate de Enríquez Negreira. Y, al ser preguntado sobre la labor de los demás presidentes comprendidos entre 2001 y 2018, el mandatario culé no quiso hablar por ellos.
Aunque sí defendió su honorabilidad, dejando claro que en ningún momento ha tenido motivos para desconfiar de ellos. "Yo no hablo por terceros. Es cierto que esto afecta a varias presidencias. Yo he hecho lo que creía que tenía que hacer, que era encargar una investigación a compliance. Estoy convencido de que, en este caso, los presidentes que me precedieron, no hicieron acciones que tuvieran la finalidad de alterar la competición deportiva ni conseguir una ventaja deportiva a favor del Barça. No tengo ningún motivo para pensar que ha sido así. Estoy convencido de que el club quedará eximido de responsabilidad penal", aseguró el presidente culé, dejando claro además que los pagos a Negreira eran una situación "heredada" del mandato anterior.
El servicio "heredado" que Laporta mantuvo
Laporta creyó cuando llegó al mandato, en cualquier caso, que era interesante mantener el servicio. "Las consideraciones éticas cuando el prestador principal del servicio era el hijo del vicepresidente del CTA, que no tiene ninguna capacidad de alterar resultados... Nos encontramos en una situación que era un servicio heredado. Consideramos que era interesante tener esa información", recalcó, destacando nuevamente que nadie en su mandato metió la mano en la caja. Y que en los demás, probablemente tampoco. "Lo aseguro. Y en los otros mandatos, no tengo motivos para desconfiar".
Después de que Laporta se marchase de la presidencia en 2010, los pagos a Negreira llegaron incluso a aumentar. "Sólo puedo hablar por mí, por mi periodo presidencial. Todo lo demás quedará explicado en el juicio. A partir de que yo me fui, en 2010, se incrementa la cantidad. Pero yo no pienso desconfiar. Entiendo que se explicará en el juicio", aclaró Laporta.
No cree, además, que nadie se haya lucrado con el dinero pagado a las empresas de Negreira y de su hijo. En cualquier caso, insistió en que no puede hablar por el resto de los exdirectivos y expresidentes. "No. Te diría que no. Lo único que figura en la causa son empresas relacionadas con el señor Contreras. Tres empresas, concretamente".
A la espera de cómo evoluciona la investigación
El presidente del FC Barcelona, en definitiva, quiso dejar claro que el club es el principal interesado en que se investigue a fondo el caso, para que se juzgue a aquellas personas que se hayan podido beneficiar a costa del Barça a nivel particular. Por lo tanto, volvió a instar a todos los presentes a dejar que las indagaciones avancen para que, poco a poco, vaya esclareciéndose todo. Lo que tiene claro Laporta, y remarcó varias veces a lo largo de su comparecencia, es que el delito de corrupción deportiva no existe. Y que el Barça nunca compró árbitros.