Javier Tebas intentó alejar a Leo Messi de los terrenos de juego en octubre de 2005, cuando el crack argentino era un juvenil, menor de edad, y empezaba a participar con el primer equipo del FC Barcelona. Hasta en dos ocasiones denunció al club azulgrana por alineación indebida, en sus atribuciones como asesor jurídico del Alavés. Tebas se quejaba de que Messi había sido inscrito antes de tener la nacionalidad española, lo que hacía incumplir el cupo de extracomunitarios que regía en aquel momento. Entonces no se salió con la suya. En agosto de 2021, 16 años después, Leo Messi se terminó marchando del Barça y de la Liga. Aquello ocurrió debido a la gestión negligente de la directiva de Joan Laporta, que infló las pérdidas del Barça hasta los 481 millones de euros, a la delicada situación económica tras la pandemia y debido a las restrictivas normas de la Liga con los límites salariales. El genio rosarino se fue, pero se plantea seriamente regresar a Barcelona y el principal problema para hacerlo es que las restricciones de la Liga de Tebas todavía son superiores a las de aquel momento.
Messi quiere volver
En Culemanía hemos podido saber que Messi todavía lleva consigo el deseo de despedirse bien del club de sus amores. No le gustó aquella forma de salir y, aunque considera que la culpa nunca fue suya, desearía poder arreglarlo y obtener la despedida de leyenda que se merece. Nadie le brindará desde un estadio el homenaje que le regalará el Camp Nou si algún día se da la posibilidad de volver. Y quizás vuelva solo para eso, para ser homenajeado y despedido. Pero ¿y lo bonito que sería poder volver a lucir la elástica azulgrana sobre el verde con el balón en juego? ¿Y lo lindo que sería volver a marcar goles de azulgrana antes de emprender el sueño americano?
Leo sigue creyendo que eso es posible y su padre, Jorge Messi, ha movido hilos para posibilitarlo. También su hermano Rodrigo, que se reunió hace meses con el hermano de Xavi, Álex Hernández. Su familia también comparte ese anhelo. Prefieren las playas y montañas de Castelldefels a los lujos de París. Prefieren tener cerca a sus amistades antes de poner rumbo a Miami. Todos estos factores pesan mucho en la decisión de Messi, así como el impacto social y comercial que tendrá su regreso y que servirá para agrandar todavía más, si cabe, su increíble leyenda. Michael Jordan se fue de los Chicago Bulls y volvió para seguir haciendo historia. A Leo, tras ganar la Copa del Mundo, solamente le queda eso: volver a su club de siempre para seguir agrandando su legado irrefutable.
Un 'win-win' para todas las partes
En el Barça están cada vez más entusiasmados con la idea. No lo reconocen públicamente, pero nadie oculta que sería un gran acierto publicitario. En estos tiempos convulsos que atraviesa el club, el retorno de Messi ayudaría a acallar las acusaciones sobre los árbitros, a combatir la imagen erosionada de la entidad, y daría un músculo financiero muy importante al club ya que unir la marca Barça y la marca Messi nuevamente es un win-win total a efectos del mercado internacional. Eso se traduciría en más y mejores sponsors, en la excusa perfecta para llenar el alejado estadio de Montjuïc, en más facilidades para rentabilizar el Espai Barça e, incluso, en un mayor atractivo para vender el proyecto a los inversores. Deportivamente puede generar dudas, en lo comercial lo sabe bien el PSG: son todo ventajas.
A día de hoy, y más allá del evidente conflicto que se generó entre los Messi y Laporta, el principal inconveniente para que el astro argentino regrese a Barcelona son las restricciones de la Liga. Tebas señala la mala gestión del Barça y parece disfrutar con el escándalo Negreira. Repite una y otra vez que no podrán fichar, con los perjuicios que ello comporta. Incide en esos 200 millones aproximados de pérdidas ordinarias que no le dan margen de maniobra. Y son reales. Pero hace un año había todavía más pérdidas y la propia Liga permitió la activación de unas palancas que ahora prohibe.
Tebas tiene la llave
El Barça comenzó su reconstrucción con ayuda de la misma Liga que ahora le pone palos en las ruedas. Y el regreso pactado de Messi --por solo uno, máximo dos años-- sería el colofón para completar la revolución. Su vuelta no sería solamente una enorme inyección de valor para el FC Barcelona, también para la propia Liga. Una competición que, por más que lo niegue Tebas, atraviesa un conato de decadencia en los últimos años. Solo los éxitos del Real Madrid en Europa han mantenido el orgullo de un campeonato que en términos comparativos --económicos y deportivos-- está siendo vilipendiado por la Premier League. Impedir el crecimiento del Barça significa frenar el de la propia Liga.