Los tres pilares de la Superliga Europea se empiezan a desmoronar. Uno por uno. Cada uno de esos pilares corresponde a los fundadores del proyecto de torneo de clubes: FC Barcelona, Juventus de Turín, y Real Madrid. El gran problema es que los dos primeros han protagonizado una serie de escándalos en los recientes meses que están debilitando de forma contundente a la competición en el panorama internacional, a tal punto que esto podría afectar en la sentencia del Tribunal de la UE.
El nuevo Barçagate hace su aparición
El caso vinculado al Barça ha estado acaparando los reflectores de hace más de una semana. La situación corresponde a los pagos que habría hecho el club azulgrana a las empresas de Enríquez Negreira, que durante varios ocupó el cargo de vicepresidente en el Comité Técnico de Árbitros. La Fiscalía se encuentra investigando estos hechos por el posible delito de corrupción entre particulares.
Desde la directiva de Joan Laporta se han defendido señalando que la vinculación con el exárbitro solo corresponde al interés de obtener unos informes y vídeos de los perfiles de los colegiados para la preparación de los partidos. El argumento de la junta del FC Barcelona busca desmontar cualquier tipo de acusación de amaño de partidos. Aunque no explica en lo absoluto el conflicto de intereses que representaba tener un acuerdo de ese estilo con Negreira.
Por ahora el Barça ha abierto una investigación interna para tratar de resolver cuanto antes dicha situación, porque con el pasar de los días empieza a empeorar de manera considerable la imagen del club en términos deportivos y comerciales. En esto entra la Superliga, que es uno de los proyectos a los que apuesta fuertemente Laporta para inyectar una importante suma de capital a las cuentas de la entidad.
La polémica dimisión de Agnelli
En el lado de la Juventus también ha habido demasiado ruido. Este caso no está relacionado a temas arbitrales, sino a contables. La información fue adelantada por la Gazzetta dello Sport, que además señala que el principal motivo de la dimisión de toda la junta podría haber sido por la implicación de sus representantes en la investigación Prisma, que abrió la Fiscalía de Turín por posibles fraudes contables. Los indicios de delito por "falsas comunicaciones de las sociedades cotizadas y emisiones de facturas para operaciones inexistentes" con unas presuntas plusvalías ficticias por 60,3 millones de euros.
Esto se reveló a finales del pasado mes de noviembre. A las pocas horas de conocerse la noticia, la junta directiva encabezada por Andrea Agnelli decidió dar un paso al costado para evitar que la entidad bianconeri sufriera un daño mucho más grande. La dimisión del que fuera dirigente de la Juventus no implicó que el club perdiera su puesto como fundador de la Superliga. Pero sí que ha bajado un tanto su importancia con respecto al rol del Barça y Real Madrid.
El Real Madrid, solo ante el peligro
Los dos casos anteriormente mencionados dejan al Real Madrid como el único pilar sólido de la Superliga Europea. La entidad presidida por Florentino Pérez ha mostrado su apoyo al Barça en la problemática con Enríquez Negreira, lo que supone un intento para evitar que este proyecto en común pierda fuerza mediática. Especialmente en un tramo que puede ser decisivo para la creación definitiva de la competición que busca ser la nueva alternativa a la Champions League.
El club merengue ha estado, por ahora, al margen de escándalos y también ha logrado mantener su competitividad en la élite del fútbol europeo. Pero probablemente eso no sea suficiente para encarar esa futura sentencia del Tribunal de la UE, que se espera que llegue en la primavera de este año. La previa de esa determinación está siendo demasiado para los fundadores por todos los problemas que han surgido por el camino.